En las vísperas de la festividad litúrgica de San Roque y el Solemne Triduo en su honor que nuestra Hermandad tributa los próximos 14, 15 y 16 de agosto, acompañamos esta entrada con una serie de oraciones a Nuestro Sagrado Titular, patrón de las epidemias y plagas, enfermedades del ganado, perros, contra acusaciones falsas, inválidos, dolores en las rodillas, contra la peste, enfermedades de la piel, cirujanos, adoquinadores, pedreros, marmolistas y solteros.
ORACIÓN I
Glorioso
San Roque, rogad por nosotros que, por nuestros pecados, no nos atrevemos a
presentarnos delante de Dios. Padrenuestro, avemaría y gloria.
Roque
santo, rogad por nosotros a Dios, que es Padre de misericordia, ahora que
gozáis de su vista en la gloria celestial. Padrenuestro, avemaría y
gloria.
San
Roque glorioso, presentad nuestras humildes súplicas, uniéndolas a las de la
Inmaculada Virgen María y a las de todos los Santos Franciscanos, para que
seamos oídos y podamos dar a todos las gracias en el nombre de Jesús. Padrenuestro,
avemaría y gloria.
La cruz santa + selle
nuestra frente.
La cruz, santa + selle nuestra boca.
La cruz santa + selle nuestro corazón.
La cruz, santa + selle nuestra boca.
La cruz santa + selle nuestro corazón.
Por
el amor que a la cruz profesó San Roque, con cuya señal libró a los pueblos del
mal contagioso, libradnos, Señor.
V. Rogad a Cristo, Roque santo, en todas nuestras
flaquezas.
R. Para que seamos dignos de sus promesas,
ORACIÓN.-
Oh, Dios, que por medio de vuestro Ángel presentasteis al Bienaventurado San
Roque una tablilla escrita, prometiéndole que cualquiera que de corazón le
invocare quedaría libre de los estragos de la peste, concedednos la gracia de
que celebrando su gloriosa memoria, mediante sus méritos y ruegos, seamos
libres de todo contagio tanto de cuerpo como de alma. Por Nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
ORACIÓN II
Oh
glorioso San Roque, que por vuestro ardiente amor a Jesús habéis abandonado
riquezas y honores y buscasteis la humillación, enseñadme a ser humilde ante
Dios y los hombres. Alcanzadme la gracia de apreciar en su debido valor las
riquezas y los honores de la vida para que no sean para mi lazos de eterna
perdición.
Os
lo pido humildemente, oh glorioso San Roque, para que seamos dignos de seguiros
en el camino que lleva a la salvación eterna.
Libradme
de toda enfermedad corporal. Alcanzadme el favor que os pido si es para honra
vuestra, gloria de Dios y salvación de mi alma. Amén.
ORACIÓN III
Misericordiosísimo
y benignísimo Señor, que con paternal providencia castigáis nuestras culpas, y
por la infección del aire nos quitáis la salud y la vida corporal, para que
reconociéndonos y humillándonos en vuestro acatamiento, nos deis la vida
espiritual de nuestras almas: yo os suplico humildemente por la intercesión de
San Roque, que si es para vuestra mayor gloria, y provecho de nuestras almas,
me guardéis a mí y a toda esta familia y patria de cualquiera enfermedad y mal
contagioso y pestilente, y nos deis entera salud de alma y cuerpo, para que en
vuestro santo templo os alabemos y perpetuamente os sirvamos.
Y
vos, oh bienaventurado Santo, que para ejemplo de paciencia, y mayor confianza
en vuestro patrocinio, quiso Dios que fueseis herido de pestilencia, y que en
vuestro cuerpo padecieseis lo que otros padecen, y de vuestros males
aprendieseis a compadeceros de los ajenos y socorrieseis a los que están en
semejante agonía y aflicción, miradnos con piadosos ojos, y libradnos, si nos
conviene, de toda mortandad, por medio de vuestras fervorosas oraciones,
alcanzadnos gracia del Señor, para que en nuestro cuerpo sano o enfermo viva
nuestra alma sana, y por esta vida temporal, breve y caduca lleguemos a la
eterna y gloriosa, y con vos gocemos de ella en los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN IV
San
Roque, por los ejemplos que nos diste de pobreza, paciencia y caridad con los
enfermos, te imploramos tu intercesión para imitarte y conseguir la protección
de Cristo, Señor universal; especialmente contra la contaminación de los
elementos naturales y de las costumbres. Confiamos que como tantas veces
socorriste a nuestros antepasados, también ahora lo hagas con nosotros. Amén.
ORACIÓN V
Todopoderoso
y sempiterno Dios, que por los méritos e intercesión del bienaventurado San
Roque, tu Confesor, hiciste en otro tiempo cesar una peste general que desolaba
al género humano. Dígnate conceder a nuestros ruegos, que todos los que llenos
de confianza en tu misericordia te suplicaren los preserves de semejante azote,
sean libres, por la intercesión de tu glorioso Confesor, así de esta enfermedad
como de todo lo que pueda turbar su quietud. Por Nuestro Señor Jesucristo, que
contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Fuente: www.devocionario.com
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