Mayo es el mes que la Iglesia Universal dedica a la Madre de Dios, la Bienaventurada Virgen María. Este tiempo es una oportunidad para renovar el amor de todos los bautizados hacia la Mujer que Dios desde la eternidad escogió para darlo a luz y cuidarlo.
“Hay un solo modelo para ustedes, María: La mujer de la fidelidad, la que no entendía lo que le pasaba pero obedeció. La que en cuanto supo lo que su prima necesitaba, se fue corriendo, la Virgen de la Prontitud. La que se escapó como refugiada en un país extranjero para salvar la vida de su hijo”.
Papa Francisco
Foto: Studio Miguel Angel |
OBSEQUIOS ESPIRITUALES A LA SANTÍSIMA VIRGEN
MES DE MARÍA. DÍA 1
María, Madre, tú, la siempre ocupada en el servicio de tu casa, ilumina
con tu sonrisa nuestro trabajo. Préstame tu sonrisa.
Te ofrezco: tratar de sonreír a todos.
Te ofrezco: tratar de sonreír a todos.
MES DE MARÍA. DÍA 2
María, Madre, tú que sabías de la angustia económica de una familia
pobre: enséñame a amar la pobreza; enséñame a desprenderme para ayudar a los
pobres.
Te ofrezco: dar alguna limosna.
Te ofrezco: dar alguna limosna.
MES DE MARÍA. DÍA 3
María, Madre, tú que te olvidabas de ti para atender a los demás:
enséñame a no estar siempre dándome vueltas a mí y a mis cosas, y dejar de lado
mis pequeños desánimos que hacen la vida desagradable a los demás.
Te ofrezco: vivir hoy más pendiente de ti repitiéndote alguna jaculatoria.
Te ofrezco: vivir hoy más pendiente de ti repitiéndote alguna jaculatoria.
MES DE MARÍA. DÍA 4
María, Madre, la siempre disponible para que Dios se sirviera de ti:
enséñame a no quejarme y a estar disponible.
Te ofrezco: no quejarme durante el día de hoy.
Te ofrezco: no quejarme durante el día de hoy.
MES DE MARÍA. DÍA 5
María, Madre, la de las horas de silencio en casa; la del pensamiento
siempre lleno de Dios: ayúdame a vivir siempre en tu presencia y en presencia
de Dios.
Te ofrezco: vivir hoy en presencia de Dios.
Te ofrezco: vivir hoy en presencia de Dios.
MES DE MARÍA. DÍA 6
María, Madre, que formaste la familia de Nazaret: enséñame a hacer más
cariñoso el ambiente familiar.
Te ofrezco: tener algún detalle de cariño con los de mi familia.
Te ofrezco: tener algún detalle de cariño con los de mi familia.
MES DE MARÍA. DÍA 7
María, Madre, tú que trabajabas para atender a Jesús y lo recibías contenta
cuando llegaba cansado del trabajo: concédeme tener la alegría siempre a punto
y ayudar a los cansados.
Te ofrezco: tratar de estar más alegre con los que me rodean.
Te ofrezco: tratar de estar más alegre con los que me rodean.
MES DE MARÍA. DÍA 8
María, Madre siempre atenta para cuidar a José y a Jesús: concédeme
atender a todos, el olvido de mí, mi disponibilidad continua y ser servidor de
los demás.
Te ofrezco: ser hoy más servicial en mi casa.
Te ofrezco: ser hoy más servicial en mi casa.
MES DE MARÍA. DÍA 9
María, Madre, tú sembrabas confianza en torno a ti, sabías contar con
sencillez tus cosas y estabas siempre abierta al diálogo: enséñame a tener más
confianza con los que me rodean y a escucharlos con amor e interés.
Te ofrezco: tratar de dar conversación a mis familiares.
Te ofrezco: tratar de dar conversación a mis familiares.
MES DE MARÍA. DÍA 10
María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más
que fijarse en ti: enséñame a ser manso, a dejarme traer y llevar por la
obediencia.
Te ofrezco: cumplir hoy mejor con mis deberes.
Te ofrezco: cumplir hoy mejor con mis deberes.
MES DE MARÍA. DÍA 11
María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más
que fijarse en ti: enséñame a tener hambre y sed de ser santo.
Te ofrezco: pedirle muchas veces hoy al Señor que me haga santo.
Te ofrezco: pedirle muchas veces hoy al Señor que me haga santo.
MES DE MARÍA. DÍA 12
María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más
que fijarse en ti: enséñame a ser misericordioso, es decir, a amar a cada uno
con sus defectos.
Te ofrezco: ser hoy más comprensivo con los defectos de los que me rodean.
Te ofrezco: ser hoy más comprensivo con los defectos de los que me rodean.
MES DE MARÍA. DÍA 13
María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más
que fijarse en ti: enséñame a ser limpio de corazón.
Te ofrezco: no admitir hoy pensamientos malos de los demás.
Te ofrezco: no admitir hoy pensamientos malos de los demás.
MES DE MARÍA. DÍA 14
María, Madre, tú sabías reflexionar y animar, sabías curar las
angustias: enséñame la virtud de la prudencia y no dejes que me ahogue en un
vaso de agua.
Te ofrezco: tener hoy pensamientos positivos y de esperanza.
Te ofrezco: tener hoy pensamientos positivos y de esperanza.
MES DE MARÍA. DÍA 15
María, Madre, cuando Jesús expuso las ocho bienaventuranzas, no hizo más
que fijarse en ti: enséñame a llorar con los que lloran, a vivir las alegrías y
sufrimientos de los demás como si fueran míos.
Te ofrezco: ayudar a alguien que esté sufriendo.
Te ofrezco: ayudar a alguien que esté sufriendo.
MES DE MARÍA. DÍA 16
María, Madre, tú eras audaz, emprendedora, confiada plenamente en el
Espíritu que te acompañó a lo largo de tu vida: enséñame a desconfiar de mí
mismo y a poner mi esperanza en el Poderoso que quiere hacer obras grandes en
mí.
Te ofrezco: encomendarme al Señor antes de cada actividad que haga hoy.
Te ofrezco: encomendarme al Señor antes de cada actividad que haga hoy.
MES DE MARÍA. DÍA 17
María, Madre, préstame tus ojos para mirar con cariño a todos.
Te ofrezco: rezar por los que me caen mal.
Te ofrezco: rezar por los que me caen mal.
MES DE MARÍA. DÍA 18
María, Madre: ayúdame a no desanimar a nadie con mis amarguras y a no
alejar a nadie con mis críticas.
Te ofrezco: dar gracias a Dios por cada cosa que viva o que me ocurra.
Te ofrezco: dar gracias a Dios por cada cosa que viva o que me ocurra.
MES DE MARÍA. DÍA 19
María, Madre, en cuya casa todos servíais a todos sin dar espacio a la
pereza: ayúdame a cumplir con mi deber sin exigencias ni malos humores.
Te ofrezco: ayudar más en casa.
Te ofrezco: ayudar más en casa.
MES DE MARÍA. DÍA 20
María, Madre, que guardabas la Palabra del Señor en tu corazón, ayúdame
a comprender la Escritura y a guardarla en mi corazón.
Te ofrezco: leer un párrafo del Evangelio y meditarlo.
Te ofrezco: leer un párrafo del Evangelio y meditarlo.
MES DE MARÍA. DÍA 21
María, Madre, que conoces mis pensamientos: haz que no sean nunca de
venganza, ni de envidia, ni de darme vueltas a mí mismo.
Te ofrezco: tratar de vivir en presencia de Dios.
Te ofrezco: tratar de vivir en presencia de Dios.
MES DE MARÍA. DÍA 22
Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando María ha echado
raíces en un alma, produce allí maravillas de gracia».
Te ofrezco: consagrarme a ti durante el día.
Te ofrezco: consagrarme a ti durante el día.
MES DE MARÍA. DÍA 23
Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Cuando el Espíritu Santo, su
Esposo, encuentra a María en un alma, vuela allá, entra en ella de lleno y se
le comunica abundantemente».
Te ofrezco: repetir durante el día la jaculatoria: «Ven, Espíritu Santo».
Te ofrezco: repetir durante el día la jaculatoria: «Ven, Espíritu Santo».
MES DE MARÍA. DÍA 24
Como decía san Luis Mª Grignon de Monfort: «Si tengo a Jesús es gracias
a María».
Te ofrezco: dar gracias durante el día por el don de la fe.
Te ofrezco: dar gracias durante el día por el don de la fe.
MES DE MARÍA. DÍA 25
María, Madre consciente de tu pobreza porque sabías que todo es don de
Dios: enséñame a ser humilde. Humildad no es negar los dones recibidos, sino
afirmar que todo lo recibimos de Alguien que nos ama, y que por ello nos confía
grandes empresas.
Te ofrezco: repetir durante el día la petición de san Ignacio en sus Ejercicios: «Te pido el conocimiento interno de tanto bien recibido, para que, reconociéndolo yo enteramente, quiera en todo amar y servir a Su Divina Majestad».
Te ofrezco: repetir durante el día la petición de san Ignacio en sus Ejercicios: «Te pido el conocimiento interno de tanto bien recibido, para que, reconociéndolo yo enteramente, quiera en todo amar y servir a Su Divina Majestad».
MES DE MARÍA. DÍA 26
María, Madre, que no te quedaste con la alabanza de tu prima Isabel,
sino que la referiste a quien correspondía en verdad, diciendo: «El Señor hizo
en mí maravillas»; enséñame a reconocer la mano de Dios en todo y a darle
gracias por todo.
Te ofrezco: repetir durante el día esta jaculatoria de la beata Maravillas de Jesús: «Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera».
Te ofrezco: repetir durante el día esta jaculatoria de la beata Maravillas de Jesús: «Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera».
MES DE MARÍA. DÍA 27
La consagración de la familia a la
Virgen es una promesa de amor en la que se le ofrece a
Jesús todo lo que la familia es, tiene y hace a través del Corazón Inmaculado
de la Virgen María para que, por estos dos Corazones, los miembros de la
familia vivan plenamente entregados a la voluntad del Padre. La familia se
abandona así en las manos de la Virgen María para que ella ejerza su papel de
Madre espiritual, de Mediadora de las gracias, de Abogada y de Reina.
Te ofrezco consagrar
hoy mi familia a ti, Virgen María, mediante esta fórmula de Juan Pablo II:
«Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial».
«Oh, Santa Virgen María, Madre de Dios y de la Iglesia, a tu Inmaculado Corazón consagramos nuestras familias. Con tu ayuda, nos encomendamos y nos consagramos al Divino Corazón de Jesús y así estaremos contigo y con Jesús en el Espíritu Santo, siempre y totalmente consagrados a la voluntad del Padre celestial».
MES DE MARÍA. DÍA 28
Tú, que eres Mediadora de las gracias, sé el canal seguro por el cual
nosotros recibamos las gracias de conversión, de luz, de discernimiento, de
fidelidad, de sabiduría, de santidad y de unión que provienen del Corazón de
Cristo.
Te ofrezco: rezar el Rosario para pedir por las personas que se han encomendado a mi oración.
Te ofrezco: rezar el Rosario para pedir por las personas que se han encomendado a mi oración.
MES DE MARÍA. DÍA 29
Tú, que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén siempre tu mirada
misericordiosa sobre cada uno de los miembros de esta familia y, ya que no
percibimos nuestras propias necesidades, acércate a tu Hijo implorando, como en
Caná, el milagro del vino que nos falta.
Te ofrezco: rezar un Avemaría por cada persona de mi familia.
Te ofrezco: rezar un Avemaría por cada persona de mi familia.
MES DE MARÍA. DÍA 30
Tú, que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como tú para
acoger con obediencia y agradecimiento toda la verdad que nos enseña tu Hijo a
través de la Iglesia y su Magisterio.
Te ofrezco: rezar el credo para pedir a Dios el don de la fe y la fidelidad a lo que la Iglesia enseña.
Te ofrezco: rezar el credo para pedir a Dios el don de la fe y la fidelidad a lo que la Iglesia enseña.
MES DE MARÍA. DÍA 31
Tú, que eres Corredentora, guarda a esta familia en la fidelidad a la
cruz. Que en los momentos de sufrimiento no busquemos nuestro propio bienestar,
sino acompañar al que sufre. Que en los momentos de aridez y desolación nos
mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios y que sepamos vivir los
sacrificios y luchas en unión con tu Hijo crucificado.
Te ofrezco: renovar la consagración de nuestra familia a ti, como hicimos el día 27, repitiendo la fórmula del papa Juan Pablo II.
Te ofrezco: renovar la consagración de nuestra familia a ti, como hicimos el día 27, repitiendo la fórmula del papa Juan Pablo II.
Regina Coeli
Reina del
cielo, alégrate, aleluya,
porque el que mereciste llevar en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.
porque el que mereciste llevar en tu seno, aleluya,
ha resucitado, según su palabra, aleluya.
Ruega por nosotros a Dios, aleluya.
Gózate y alégrate, Virgen María, aleluya.
Porque verdaderamente ha resucitado el Señor, aleluya.
Oración
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo,
has llenado el mundo de alegría, concédenos por intercesión de su Madre, la
Virgen María, alcanzar el gozo de la vida eterna. Por el mismo Jesucristo
nuestro Señor. Amén.