sábado, 29 de noviembre de 2014

Iniciamos el Adviento

Queridos hermanos y hermanas:
Comenzamos en este domingo el tiempo santo de Adviento, que nos  prepara para recordar y celebrar la primera venida del Señor y nos dispone para acogerle en nuestros corazones en la nueva venida que cada año actualiza místicamente la liturgia.
Foto: Aciprensa
La Iglesia nos invita además a dilatar la mirada: el Señor que vino hace dos mil años, que viene de nuevo a nosotros en Navidad, vendrá glorioso como juez al final de los tiempos. Por ello, el tiempo de Adviento y toda la vida del cristiano es tiempo de alegre esperanza. Es tiempo también de vigilancia, a la que nos instan los evangelios de los últimos domingos del año litúrgico y también el de este domingo primero de Adviento, que termina con estas palabras: “Lo que os digo vosotros, lo digo a todos: ¡velad!”.
La vigilancia no es vivir bajo el temor de un Dios justiciero y vengativo que está esperando nuestros errores o pecados para castigarnos. Esta actitud de desconfianza y temor ante Dios y el mundo, sólo engendra personas obsesivas y escrupulosas, que piensan que Dios es un ser predispuesto contra el hombre, quien debe ganarse su salvación con sus solas fuerzas y luchando contra enormes imponderables.
La vigilancia cristiana es una actitud positiva que tiene como base el optimismo sobrenatural de sabernos hijos de un Dios que es Padre, que quiere nuestra salvación y nuestra felicidad y que nos da los medios para alcanzarla. Es concebir la vida cristiana como una respuesta amorosa a un Dios que nos ama, que es fiel a sus promesas y que espera nuestra fidelidad con la ayuda de su gracia.
La actitud de vigilancia debe gobernar toda la vida del cristiano, para saber distinguir los valores auténticos de los aparentes. Los medios de comunicación, en muchos casos difunden modos de pensar y de actuar que nada tienen que ver con los auténticos valores humanos y cristianos. En demasiadas ocasiones canonizan formas de comportamiento ajenas al espíritu cristiano. Se impone, pues, una actitud crítica ante lo que vemos, escuchamos o leemos y una independencia de criterio ante los mensajes contrarios al Evangelio con que, de forma directa o indirecta, nos agreden los medios de comunicación. Esta actitud crítica muchas veces nos deberá llevar a apagar el televisor o no encenderlo, para que no nos arrollen los criterios paganos e, incluso, anticristianos, que en ocasiones los medios nos brindan.
La vigilancia es también necesaria para que no debilite nuestra conciencia moral, para conservar una conciencia recta, que distingue el bien del mal, lo justo de lo injusto, lo recto de lo torcido. De lo contrario, la conciencia puede endurecerse hasta perder el sentido moral, el sentido del pecado, un peligro real para los cristianos de hoy. La vigilancia cristiana nos debe ayudar a poner los medios para conservar la rectitud moral: la confesión frecuente, precedida de un examen sincero de conciencia, y el examen de conciencia diario para ponderar nuestra fidelidad al Señor, son la mejor garantía para mantener la tensión moral y la delicadeza de conciencia.
Es necesaria también la vigilancia ante los posibles peligros que pueden debilitar nuestra fe o nuestra vida cristiana. El cristiano no puede vivir en una atmósfera permanente de temor, porque cuenta con la ayuda de la gracia de Dios, pero tampoco ha de ser un atolondrado, ni creerse invulnerable ante las tentaciones del demonio. Ha de vivir su vida cristiana con responsabilidad y sabiduría, para descubrir los peligros que ponen en riesgo nuestra fe y, sobre todo, el mayor tesoro del cristiano, la vida de la gracia, que es comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu, que vive en nosotros y nos da testimonio de que somos hijos de Dios. La vida de la gracia es ya en este mundo prenda y anticipo de la vida de la gloria, a la que Dios nos tiene destinados.
Para vivir la esperanza cristiana en la salvación definitiva no hay mejor camino que tomar en serio el momento presente en función de los acontecimientos finales, pues nuestro fin será como haya sido nuestra vida. Si cada día tratamos de ser fieles a Dios en nuestro propio estado y circunstancias, viviremos vigilantes y estaremos preparados para  "el día y la hora" de que nos habla el Señor en el evangelio  de estos días. De este modo no consideraremos la muerte como una tragedia, sino que la esperaremos con la paz y la alegría de quienes se preparan para el abrazo definitivo con el Señor.
Que sea Él quien aliente nuestra vigilancia con su custodia fuerte y amorosa, pues como nos dice el salmo, "Si el Señor no guarda la ciudad en vano vigilan los centinelas". Que la Santísima Virgen, a la que todos los días decimos muchas veces "ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte", nos cuide y proteja ahora y en los momentos finales de nuestra vida.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

jueves, 27 de noviembre de 2014

Gran recogida de alimentos en Arahal


Mañana viernes, 28 de noviembre, la Hermandad participa en "la gran recogida de alimentos" que se llevará a cabo en diversos comercios de Arahal, organizada por la Fundación Banco de Alimentos, haciéndose cargo durante toda el día de uno de los supermercados adscritos al proyecto (concretamente el Supermercardo Covirán ubicado en la calle Málaga). 

Allí mismo, un grupo de voluntarios se encargará de recoger los alimentos de primera necesidad para su posterior clasificación y distribución. Esperamos vuestro compromiso y colaboración.

martes, 18 de noviembre de 2014

Meditación del Stabat Mater

Foto cartel: Jorge Hidalgo

El próximo sábado 29 de noviembre a las 21:00 horas, la Hermandad celebra en la Iglesia de San Roque la Meditación del Stabat Mater ante las Sagradas Imágenes del Santísimo Cristo Yacente y la Santísima Virgen de los Dolores, estando en esta ocasión a cargo de don Ignacio del Rey Molina, Pregonero Universitario de 2013 y Oficial de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno de Sevilla (El Silencio).

La presentación del acto correrá a cargo de don Eduardo del Rey Tirado, compañero de Ignacio en la Junta de Gobierno de su Hermandad y Meditador del Stabat Mater en 2009, habiendo ejercido como presentador en anteriores ediciones.

El orden del acto es el siguiente:

I. Cruz de Jerusalén. VIGILIA (Francisco J. Cantero)

II. Presentación del acto a cargo de don Eduardo del Rey Tirado

III. Santísimo Cristo Yacente. MAITINES (Francisco J. Cantero)

IV. Meditación a cargo de don Ignacio del Rey Molina

V. Stabat Mater Dolorosa. LAUDES (Francisco J. Cantero)

Las piezas serán interpretadas por la capilla musical Santísimo Cristo Yacente de Arahal.

lunes, 17 de noviembre de 2014

Tres nuevas composiciones musicales dedicadas a la Hermandad

La Hermandad ha recibido recientemente la dedicación de tres nuevas composiciones musicales concebidas para ser interpretadas por capilla musical. Estas tres piezas de melodía dulce, compuestas por el músico arahalense don Francisco Jesús Cantero Ramírez como nocturnos, se basan en la estructura del oficio divino. 

Foto: Francisco J. Granado
El oficio divino, también conocido como Liturgia de las Horas, es el conjunto de oraciones (salmos, antífonas, himnos, oraciones, lecturas bíblicas y otras) que la Iglesia ha organizado para ser rezadas en determinadas horas de cada día.

En este sentido, las composiciones hacen referencia a tres momentos de oración: vigilia, maitines y laudes. Siguiendo su orden lógico, bajo los títulos "Cruz de Jerusalén", "Santísimo Cristo Yacente" y "Stabat Mater Dolorosa", serán interpretadas por primera vez el próximo sábado 29 en la Iglesia de San Roque, en el transcurso del acto de la Meditación del Stabat Mater.

Aprovechamos para agradecer desde aquí a Francisco Jesús la generosidad mostrada en la dedicación de estas piezas, que sin duda contribuyen a engrandecer el patrimonio musical de nuestra Hermandad.

domingo, 16 de noviembre de 2014

Merienda del Grupo Joven con los niños de AIMA

En la tarde del pasado sábado, el Grupo Joven de la Hermandad celebraba la anual merienda con los niños y jóvenes de la Asociación para la Integración del Discapacitado en Arahal. Tras un encuentro con Nuestros Sagrados Titulares y un rato de oración por las víctimas del incendio producido hace unos días en nuestra localidad, se celebraba en la sala capitular del templo una merienda fraterna compartiendo un buen rato de convivencia.





Fotos: Andrés García

Día de la Iglesia Diocesana 2014

Queridos hermanos y hermanas: 
Celebramos en este domingo, 16 de noviembre, el Día de la Iglesia Diocesana, jornada que nos recuerda a todos los fieles cristianos que, en virtud de nuestro bautismo, formamos parte del pueblo de Dios y de la comunidad fundada por nuestro Señor Jesucristo, a la que Él mismo quiso llamar Iglesia, es decir, asamblea santa, misterio de comunión y acontecimiento de gracia y salvación para todos los que pertenecemos a ella. 
Cada porción del pueblo de Dios, establecida en  un territorio determinado y confiada a un obispo para que la apaciente con la colaboración de los presbíteros, es llamada Iglesia particular o Diócesis. En nuestro caso, la Archidiócesis de Sevilla es una Iglesia venerable por su antigüedad, por la abundancia de sus instituciones de servicio a nuestro pueblo, la riqueza de tantas vidas heroicas y los admirables frutos de santidad atesorados a lo largo de su historia más de diecisiete veces centenaria, de la que todos debemos sentirnos orgullosos. 
Foto: Programa Xtantos
En esta jornada se nos recuerda que, además de pertenecer a nuestra familia natural, iglesia doméstica que nos transmite la fe, tenemos otra familia, nuestra Archidiócesis, que es como el seno materno en el que hemos sido engendrados como hijos de Dios y el medio que nos une con Jesucristo y nos brinda la gracia santificadora de su Espíritu que actúa en la palabra de Dios y en los sacramentos. Ella, por otra parte, nos permite vivir comunitariamente nuestra fe y nuestro compromiso cristiano.
La primera finalidad de esta jornada es acrecentar nuestra conciencia de familia y de pertenencia a la Iglesia que peregrina en Sevilla. En este domingo, hemos de dar gracias a Dios por pertenecer a este pueblo y a esta Iglesia y, sobre todo, hemos de rezar por nuestra Archidiócesis, por sus obispos, sacerdotes, diáconos, consagrados, seminaristas y fieles, para que cada día crezcamos en comunión con el Señor, en fidelidad a las respectivas vocaciones, en unidad y comunión fraterna y en compromiso apostólico y evangelizador. Hemos de pedirle también por nuestros Seminarios y que nos conceda muchas, santas y generosas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.
Con ocasión de esta jornada, la Archidiócesis de Sevilla quiere renovar su compromiso de servicio a los fieles y a la sociedad sevillana. Para ello, cuenta con los  obispos, la catedral y 260 parroquias servidas por cerca de 600 sacerdotes y 50 diáconos. Cuenta también con 37 conventos de monjas contemplativas, con cerca de 600 religiosos y casi 2000 religiosas de vida activa que colaboran en el apostolado, la evangelización y el servicio a los pobres. Tiene además cerca de 5000 catequistas, más de 1500 profesores de Religión, numerosos grupos apostólicos, movimientos, hermandades y cofradías, además de los Seminarios diocesanos, la Curia, las Vicarías y Delegaciones,  Caritas y  otras muchas obras sociales, docentes y caritativas.
Todas estas instituciones, personas y servicios constituyen la estructura necesaria para llevar a cabo la misión salvadora que Jesucristo confió a su Iglesia.  Mantener esta estructura exige medios económicos cuantiosos, para retribuir modestamente a los sacerdotes, garantizar el funcionamiento de los Seminarios y demás servicios diocesanos, servir a los pobres, construir nuevos templos y restaurar y conservar nuestro ingente patrimonio artístico y cultural. Lo saben bien los fieles que forman parte del Consejo de Economía o de los consejos parroquiales de asuntos económicos. Por ello, otra de las finalidades de esta jornada es solicitar la ayuda generosa de los fieles, pues como afirma uno de los lemas de esta jornada, la Iglesia necesita tu ayuda y tu compromiso económico.                                                                                                                                                                                Una forma de ayudar a la Iglesia es a través de la declaración de la renta, cada año al final de la primavera, asignando el 0,7 % de nuestros impuestos a favor  de la Iglesia católica. Otras formas loables son las donaciones directas, en forma de cuotas, suscripciones, donativos, legados o testamentos y siendo generosos en la colecta de este domingo, que tiene como destino la Archidiócesis.
Pido a los sacerdotes y religiosos con cura de almas que en esta jornada procuren explicar con sencillez a los fieles la naturaleza de la Iglesia particular, la misión del obispo y de los sacerdotes, la importantísima misión que cumplen los Seminarios y el peculiar servicio salvífico y sobrenatural que la Diócesis presta a los fieles. Les ruego además que expliquen el lema de la jornada y hagan con esmero la colecta. 
Pidamos al Señor, por intercesión de nuestros Santos diocesanos y, sobre todo, de la Santísima Virgen de los Reyes, patrona de la Archidiócesis,  que esta jornada contribuya a fortalecer nuestra conciencia de familia, a amar con sentimientos de gratitud filial a nuestra Archidiócesis, a crecer en actitudes de colaboración con ella, a asumir y aplicar el Plan Pastoral, que a todos nos compromete, y a valorar y sentir como algo muy nuestro todo lo diocesano.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

viernes, 14 de noviembre de 2014

Las hermandades de la Soledad y el Santo Entierro en el Reino de Sevilla

En la noche del pasado miércoles, se presentaba en la Fundación Cruzcampo el libro "Las hermandades de la Soledad y el Santo Entierro en el Reino de Sevilla", un completísimo trabajo de investigación desarrollado por Ramón Cañizares Japón, Archivero de la Hermandad de la Soledad de San Lorenzo de Sevilla.

Junto con el autor, en el acto participaron Julio Cuesta Domínguez, presidente de la Fundación Cruzcampo, Rafael Ruibérriz de Torres Sánchez, presidente de la Fraternidad de hermandades de la Soledad y -como presentador- Ignacio Montaño Jiménez, pregonero de la Semana Santa de Sevilla en 1997.

En el libro se describen las características de las hermandades de esta tipología, en la que se encuadra nuestra Corporación, que cuenta con una de las 159 fichas particularizadas de las distintas hermandades de las provincia de Cádiz, Huelva y Sevilla. La edición cuenta con una importante carga gráfica procedente de un total de 96 fotógrafos, entre los que figuran N.H. Alejandro Muñiz Castillo y Francisco José Granado Humanes, autores de las fotgrafías que se muestran de Nuestros Sagrados Titulares.

Foto: Portada del libro

jueves, 13 de noviembre de 2014

Comunicado de la Hermandad

Desde este medio, la Hermandad del Santo Entierro de Arahal desea mostrar públicamente su profundo pesar a los familiares de las víctimas del incendio que en la mañana de hoy ha tenido lugar en nuestra localidad. Expresamos a la familia todo nuestro apoyo para superar esta adversidad, elevando oraciones a Nuestro Señor Jesucristo y su Bendita Madre de los Dolores por el eterno descanso de sus almas.

Sus almas y las de todos los fieles difuntos, por la misericordia del Señor, descansen en paz. Amén.

Foto: Andrés García

martes, 11 de noviembre de 2014

Madre María de la Purísima será canonizada en Roma el año 2015

Martes, 11 de noviembre de 2014
Alfonso Ramírez Peralbo, postulador romano de la causa de canonización de la Beata Madre María de la Purísima, ha informado esta mañana al arzobispo de Sevilla y a la madre general del Instituto de la Compañía de la Cruz, que la Santa Sede ha aprobado el milagro que se requiere para la canonización de Madre María de la Purísima. La ceremonia de canonización tendrá lugar en Roma el año 2015.

Fiel seguidora de Santa Ángela de la Cruz
Madre María de la Purísima de la Cruz, (María Isabel Salvat Romero) nació en Madrid el 20 de Febrero de 1926. El 8 de diciembre de  1944, al poco de cumplir 18 años, ingresó en la Compañía de la Cruz. Tomó los hábitos un año después, profesó temporalmente en 1947 e hizo los votos perpetuos en 1952. En su momento destacó por su elevado nivel cultural, y como dato revelador de esta circunstancia destaca el hecho de que dominara tres idiomas: francés, inglés e italiano.
Desde que ingresara en la Compañía que fundara Santa Ángela de la Cruz, destacó como una fiel observadora de las reglas del Instituto, y en su haber está el mantenimiento del carisma fundacional tal y como lo legara Madre Angelita. El 11 de febrero de 1977 fue elegida Madre General de la Compañía de la Cruz. Anteriormente desempeñó varias responsabilidades en el Instituto, entre ellas las de superiora de las casas de Estepa y Villanueva del Río y Minas, maestra de novicias y consejera generalicia.
Quienes coincidieron con Madre María de la Purísima han dado fe de su empeño porque en las nuevas fundaciones se respetara el carisma fundacional, con el estilo de Santa Ángela. Las niñas de los internados, los pobres y enfermos fueron sus prioridades durante los años que dedicó al servicio de los demás con el hábito de las Hermanas de la Cruz.

Beatificada en 2010
Falleció el 31 de octubre de 1998, y sus restos reposan en la cripta del primitivo convento ubicado en la sevillana calle que lleva el nombre de la santa fundadora. El 17 de enero de 2009 fue declarada Venerable por el Papa Benedicto XVI, que posteriormente firmó el decreto por el que se aprobó su beatificación. Ésta tuvo lugar en el Estadio de la Cartuja, de la capital hispalense, la mañana del 18 de septiembre de 2010, en el curso de una Eucaristía que presidió el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, en nombre del Pontífice. Una ceremonia multitudinaria para la que se trasladó hasta el mencionado estadio a la imagen de la Esperanza Macarena, cuya hermandad está estrechamente vinculada con las Hermanas de la Cruz.
En la carta apostólica de beatificación, Benedicto XVI destacó que Madre María de la Purísima “iluminada por la sabiduría de la Cruz, dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos y a la educación cristiana de la juventud”. Su festividad se celebra cada 31 de octubre, “día de su nacimiento para el Cielo”.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Misa en honor de María Auxiliadora en la Iglesia de San Roque

El próximo sábado 15 de presente mes de noviembre a las 19:00 horas, se celebra en nuestro templo de San Roque, Solemne Eucaristía en honor de María Auxiliadora, estando oficiada por el recientemente nombrado director de la Casa Salesiana de Utrera, el Rvdo. Señor don Juan José Gutiérrez Galeote, S.D.B.


María Auxiliadora. Turín
Thomaso Lorenzone, 1868

jueves, 6 de noviembre de 2014

"Estaba la Madre Dolorosa junto a la Cruz..."


Con estas palabras comienza la secuencia católica del Stabat Mater, que rememora el sufrimiento de Santa María Virgen al pie de la cruz por la muerte de su Hijo Jesucristo. Y este instante es el que un nuevo mes de noviembre se recrea en la Iglesia de San Roque, donde se levanta este altar con motivo de la Solemne Eucaristía por los hermanos difuntos de la Hermandad así como la Meditación del Stabat Mater que tendrá lugar el próximo día 29.

A través de la presente entrada les mostramos algunas fotografías de este Calvario presidido por la Santísima Virgen de los Dolores al pie de la Cruz  y el Santísimo Cristo Yacente, a sus pies.

Fotos: Jorge Hidalgo

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Festividad de Nuestra Sagrada Titular Santa Ángela de la Cruz

Hoy, 5 de noviembre, la Iglesia conmemora la festividad de Nuestra Sagrada Titular Santa Ángela de la Cruz, “Madre Angelita”,  fundadora de la Compañía de las Hermanas de la Cruz.  Treinta y dos años han pasado desde que el beato Juan Pablo II beatificara a Sor Ángela en Sevilla.




Santa Ángela de la Cruz (1846-1932)
Ángela nació en Sevilla el año 1846, de familia numerosa y pobre, trabajadora y piadosa. Desde muy joven trabajó en un taller de zapatería, a la vez que se entregaba al servicio de los más pobres y marginados. Bajo la guía de un experto confesor, el P. Torres, intentó hacerse religiosa, hasta que comprendió que el Señor la llamaba a fundar una congregación, la Compañía de Hermanas de la Cruz, que, viviendo en gran austeridad, atendían a enfermos y menesterosos. A pesar de no tener estudios, dejó escritos de gran profundidad. Su vida y espiritualidad tienen rasgos franciscanos muy marcados. Murió el 2 de marzo de 1932 en Sevilla. Juan Pablo II la beatificó el 5 de noviembre de 1982 y la canonizó en 2003.

Nació en las afueras de Sevilla el día 30 de enero de 1846. Fue bautizada el 2 de febrero siguiente en la parroquia de Santa Lucía. Su padre, Francisco, era cocinero del convento de los Trinitarios, y su madre, Josefa, costurera allí mismo. Tuvieron catorce hijos, de los que solamente seis llegaron con vida a la mayoría de edad. Como tantas niñas pobres sevillanas de su tiempo, fue poco al colegio, aprendiendo a escribir, sin dominar la ortografía, algunas nociones de aritmética y catecismo. Su pobreza no le impedía, desde niña y adolescente, compartir con los más pobres los bienes que tenían en la familia, pues les llevaba mantas de su casa cuando no tenían ellos para todos.

En el hogar aprendió a rezar el rosario y las oraciones del mes de mayo dedicado a la Virgen María. Con su padre acudía al rosario de la aurora y su madre se prestaba a ser madrina de los niños del barrio que lo necesitaban. Hizo la primera comunión en 1854 y recibió la confirmación en 1855. A los doce años tuvo que ponerse a trabajar para ayudar a su familia como aprendiz en la zapatería Maldonado, donde también se rezaba diariamente el rosario, y tuvo sus primeras experiencias místicas. Ella misma se puso a enseñar el oficio a otras niñas, como oficiala de primera, en una institución llamada «Las Arrepentidas», en aquella Sevilla que entonces tenía rango de Corte por la presencia en el palacio de San Telmo de los duques de Montpensier.

El canónigo que confesaba a Angelita, el padre Torres, le ayudó a encontrar lo que Dios le pedía: ser monja. En 1865, acompañada de su hermana Joaquina, llamó a las puertas del Carmelo que había fundado en Sevilla santa Teresa de Jesús, pero, a pesar de su gran capacidad para la vida contemplativa, no fue admitida porque no tenía suficiente salud para la vida tan austera del Carmelo. En 1868 entró como postulante en las Hijas de la Caridad del hospital central de Sevilla, pero por su salud quebrantada fue trasladada a Cuenca, por si le sentaba mejor aquel clima. En 1870 tuvo que dejar definitivamente a las Hijas de la Caridad, a pesar de su entrega y fidelidad generosa.

Resignada a vivir como «monja sin convento», volvió a su trabajo y se sometió en obediencia a su director espiritual, escribiendo todos los pensamientos y deseos de su alma, hasta que en 1875 vio durante la oración el monte Calvario con una cruz frente a la de Cristo crucificado: «Al ver a mi Señor crucificado deseaba con todas las veras de mi corazón imitarle; conocía con bastante claridad que en aquella otra cruz que estaba frente a la de mi Señor debía crucificarme, con toda la igualdad que es posible a una criatura...». En una ocasión, después de escuchar las quejas de los pobres que sufren, escribe al padre: «Si, para aconsejar a los pobres que sufran sin quejarse los trabajos de la pobreza, es preciso llevarla, vivirla, sentirse pobre... ¡qué hermoso sería un instituto que por amor a Dios abrazara la mayor pobreza!», recibiendo así la inspiración de fundar una «Compañía».

En sus Papeles íntimos, páginas asombrosas para una mujer iletrada, con faltas ortográficas pero con una identidad cristiana y eclesial admirable, redactó su proyecto de Compañía, con una dimensión caritativa y social a favor de los pobres y con un impacto enorme en la Iglesia y en la sociedad de Sevilla, por su identificación con los menesterosos: «Hacerse pobre con los pobres». No quería hacer la caridad «desde arriba» sino ayudar a los pobres «desde dentro». Escribía y lo vivía: «La primera pobre, yo...».

El día 2 de agosto de 1875 el padre Torres celebraba la Eucaristía en la iglesia del convento jerónimo de Santa Paula, a la que asistían, con Ángela, que era terciaria franciscana, otras tres mujeres, Juana, Josefa y otra Juana, dispuestas a desentrañar el misterio de la cruz en la oración y en el servicio a los pobres. Acabada la misa, se trasladaron a vivir a un cuarto alquilado en la calle de San Luis, n. 13, en el que había una mesa, unas sillas y unas esteras de junco que servían de colchón y de almohada, un crucifijo y un cuadro de la Virgen de los Dolores. Estaban naciendo las Hermanas de la Cruz.

La fundadora imprimió a su Compañía un ambiente de limpieza, de saludable alegría y de contenida belleza, de tal forma que sus conventos tendrían esplendor a base de cal, estropajo, dos esterillas y cinco macetas. Su estilo sería el de mujeres sencillas, verdaderamente populares, apartadas de la grandiosidad, impregnando de tal forma el aire de dulzura, que la gente agradecía aquel nuevo modo de querer a Dios y a los pobres.

Luego pasaron a la calle Hombre de Piedra, junto a la parroquia de San Lorenzo, donde ejercía el ministerio Marcelo Spínola, quien llegaría a ser el arzobispo llamado «mendigo», recientemente beatificado. Empezaron a recoger niñas huérfanas de los enfermos a quienes atendían, por eso pasaron a otra casa más grande en la calle Lerena, donde ya pudieron contar con la presencia de la Eucaristía. Atendían a las personas que estaban solas y enfermas en sus casas. Con una mano pedían limosna y con la otra la repartían.

En 1879 el arzobispo fray Joaquín Lluch aprobó las primeras Constituciones de la Compañía de las Hermanas de la Cruz, en una síntesis de oración y austeridad, contemplación y alegría en el servicio a los pobres. Las Hermanas de la Cruz fueron extendiéndose por Andalucía y Extremadura, La Mancha, Castilla, Galicia, Valladolid, Valencia y Madrid, las Islas Canarias, Italia y América. En Sevilla se trasladarían a lo que después sería la casa madre en la calle de Los Alcázares.

En 1894 sor Ángela, «madre Angelita» o simplemente «madre» como se le llamaba ya en Sevilla, viajó a Roma para asistir a la beatificación del maestro Juan de Ávila y fray Diego de Cádiz, pudiendo entrevistarse con el Papa León XIII, quien más tarde concedió el decreto inicial para la aprobación de la Compañía, que firmaría en 1904 san Pío X.

En 1907 sor Ángela asumió el gobierno y la responsabilidad de su instituto religioso como primera madre general, reelegida cuatro veces. Aunque tenía fama de «milagrera», destacaba por su naturalidad y sencillez.

En 1928, a pesar de la exposición iberoamericana, en Sevilla continuaba habiendo pobres y necesidades; por eso las Hermanas de la Cruz rondaban por los barrios más pobres, santificándose especialmente con la virtud de la mortificación, al servicio de Dios en los pobres, haciéndose pobres como ellos.

Sor Ángela aceptó la decisión del arzobispo y, al no continuar siendo madre general, se puso a disposición de la nueva, aconsejando a sus hermanas y a cuantas personas acudían a pedirle ayuda, atraídas por sus virtudes.

Las Hermanas de la Cruz, de entonces y de ahora, siguen a rajatabla las normas de mortificación establecidas por sor Ángela: comen de «vigilia», duermen sobre una tarima de madera las noches que no les toca velar, duermen poquísimo, pues quieren estar «instaladas en la cruz», «enfrente y muy cerca de la cruz de Jesús», renunciando a los bienes de este mundo y acudiendo sin tardanza donde los pobres las necesiten.

El 7 de julio de 1931 la madre Ángela tuvo una trombosis cerebral que, nueve meses después, la llevaría a la muerte. Estuvo paralizada de medio cuerpo, pero continuó resplandeciendo en su virtud de la humildad, tratando de agradar y nunca molestar.

Después de una larga agonía y de haber recibido los últimos sacramentos, murió en Sevilla, en su tarima de dormir, el 2 de marzo de 1932. Sevilla entera pasó durante tres días enteros por la capilla ardiente hasta que, por privilegio especial, fue sepultada en la cripta de la casa madre.

Fue beatificada en Sevilla por el Papa Juan Pablo II el 5 de noviembre de 1982, y canonizada por el mismo en Madrid el 4 de mayo de 2003. Su cuerpo incorrupto reposa en su capilla de la casa madre y su memoria litúrgica se viene celebrando el día 5 de noviembre.


L'Osservatore Romano, edición en español, 2 de mayo de 2003.

La A.M. Nuestra Señora de la Victoria organiza en nuestro templo una mesa redonda en torno a la figura de don Luis Alfonso Godino

El próximo sábado 8 de noviembre, la Agrupación Musical Nuestra Señora de la Victoria, organiza una mesa redonda en torno a la figura del músico arahalense don Luis Alfonso Godino, quien fuera director de esta formación musical. Dentro de los actos organizados con motivo del 20º aniversario de su fallecimiento, la misma tendrá lugar en la Sala Capitular de la Iglesia de San Roque a las 20:30 horas.

martes, 4 de noviembre de 2014

Nueva cruz arbórea donada a la Hermandad

La Hermandad ha recibido la donación por parte de varios hermanos, de una cruz arbórea realizada en madera de pino. La misma, se utilizará en los próximos días para el altar que en los últimos años se viene instalando con motivo de la misa por los hermanos difuntos así como para la Meditación del Stabat Mater, que en esta edición tendrá lugar el sábado 29 del presente mes de noviembre.



Fotos: Archivo Hermandad

lunes, 3 de noviembre de 2014

Solemne Eucaristía por los hermanos difuntos de la Hermandad


El próximo jueves 6 de noviembre a las 20:00 horas, se celebra en la Iglesia de San Roque solemne misa por el eterno descanso de los hermanos difuntos de la Hermandad, siendo oficiada por el Rvdo. Señor don José María Soto Marchena, Vicario Parroquial de Santa María Magdalena de Arahal. Previamente, a las 19:30 horas tendrá lugar el rezo del Santo Rosario a la Santísima Virgen de los Dolores.

Aprovechamos para recordar que la Iglesia de San Roque permanece abierta todos los viernes de 18:30 a 21:00 horas, para que nuestros hermanos, fieles y devotos puedan asistir al templo para orar ante Nuestras Sagradas Imágenes. Igualmente cada jueves se abren las puertas de la Iglesia para realizar el rezo del Santo Rosario a la Santísima Virgen a las 20:00 horas de la tarde.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Luto de María Santísima de los Dolores en el mes de los fieles difuntos


Como es tradicional en el mes de Noviembre, cuando la Iglesia Católica recuerda de manera especial a los fieles difuntos, la Santísima Virgen de los Dolores se encuentra ataviada de luto, con el gusto al que nos tiene acostumbrados su vestidor, N.H. don Daniel Maldonado Catalán.

En esta ocasión la Santísima Virgen luce por primera vez sobre el manto y la saya unos singulares bordados parisinos en oro sobre tul negro. Asimismo estrena un tocado de gasa francesa, procedente de una donación particular así como un corazón de bronce con los siete puñales, donado también a la Santísima Virgen por un hermano de la Hermandad.






Fotos: Andrés García