El arzobispo de Sevilla ha hecho un
llamamiento a los cristianos “y a aquellas personas de buena voluntad que
quieran escucharle” para que no se crucen de brazos “como si nada se pudiera
hacer” ante el drama del aborto.
Foto: www.archisevilla.org |
En una carta titulada ‘Defender
la vida siempre’, mons.
Juan José Asenjo subraya
la “gravedad intrínseca” del aborto, porque a la eliminación voluntaria y
querida de un ser humano “se une la tragedia de su aceptación acrítica por una
parte de nuestra sociedad, en nombre del progreso y de la libertad de la
mujer”.
Recuerda que la Iglesia no cesa de
proclamar que “sólo Dios es Dueño de la vida”. Este es el eje de una postura
contraria a los ataques contra la vida considerándolos como “un gravísimo
pecado contra Dios creador”. Mons. Asenjo afirma que “de entre todos estos
atentados contra la vida, el aborto reviste una mayor gravedad”, y alude al
Concilio Vaticano II, que no dudó en calificarlo como «crimen
abominable». Como
recuerda el arzobispo de Sevilla, la razón de esta calificación es “su
intrínseca malicia y la injusta y terrible indefensión que sufre quien debería
recibir todos los cuidados de sus padres, de la sociedad y del Estado para
poder ver la luz”.
1.750.000 abortos practicados en España al
amparo de la ley
El arzobispo aporta
algunas posturas posibles frente a la pretendida aceptación social del aborto:
“Podemos actuar en nuestros ambientes como mensajeros y heraldos del Evangelio
de la vida, como lo están haciendo loablemente muchos grupos, plataformas y
asociaciones, confesionales o no. La experiencia nos dice que en muchos casos
las posturas cercanas a la cultura de la muerte no son fruto de la mala
voluntad sino del esnobismo, la irreflexión o la falta de formación”. En esta
línea, invita a “abrir los ojos de aquellas personas con las que nos
relacionamos y explicarles con fina pedagogía la gravedad intrínseca del aborto
o de la eutanasia”. En definitiva, aboga por afianzar una cultura que respete,
promueva y acoja la vida, “toda vida, desde su concepción hasta su ocaso
natural”. En esta carta se ofrecen datos reveladores de la gravedad del aborto
en España. El más llamativo son los más de 120.000 abortos practicados en 2014,
lo que eleva la cifra a 1.750.000 desde que el Parlamento aprobara la ley que
lo permite.
Más adelante se
dirige de forma directa a los sacerdotes, padres de familia, catequistas,
educadores y profesores de Religión, a quienes recuerda el “importante
quehacer” que tienen en relación a este tema: “ayudar a los jóvenes a
moldear una conciencia cada vez más respetuosa con el don de la vida, pues hoy
existe el peligro cierto de confundir el bien y el mal, lo legal y lo moral”.
Finalmente, hace un llamamiento a toda la sociedad para que se ayude a las
madres en dificultades, de forma que “ni una sola acuda al procedimiento letal
de sofocar la vida que lleva en sus entrañas”. Concluye la carta pidiendo “que
florezca en nuestra sociedad un respeto creciente por el don sagrado de la vida
y que llegue el día en que el aborto sea suprimido de nuestras leyes”.
El pasado 25 de mayo,
solemnidad de la Encarnación del Señor, se celebró la Jornada por la Vida,
instituida por la Conferencia Episcopal en el año 2007. Dos centenares de
personas, casi todas ellas relacionadas con la Delegación diocesana de Familia
y con los grupos que trabajan en la Archidiócesis a favor de la vida, se
reunieron en la iglesia colegial del Divino Salvador para celebrar la
Eucaristía y, como recuerda el propio arzobispo en su misiva, “pedir al Señor
que vaya afianzándose en la sociedad el respeto por la vida y que todos
rechacemos el aborto como un mal objetivo y un gravísimo desorden moral”.
Pueden acceder al texto íntegro de la carta haciendo click aquí
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.