…Y así, erguida, fiel,
rota, a oscuras en la noche de su muerte, sostenida por el Espíritu Santo que
había venido sobre ti en Nazaret, así, dulcemente, terminas tu salmo con la
afirmación del ángel al despedirse: “para Dios nada
hay imposible”.
Madre, ¿de verdad que todo
se ha consumado? ¿Por qué sigues aquí, junto a Él? ¿Qué esperas, quemada tus
entrañas por su ausencia?
Este es el rastro que ha
dejado la muerte y el dolor. Como si por la calle San Roque, o Juan Pérez, o
por Espaderos encontrásemos esparcidas las flores que pusisteis el último
sábado de mayo a tus pies. Como si en la Plaza Vieja viéramos los pétalos desgajados
del ramillete que aquella vecina hizo con las pocas flores de su arriate para traértelas;
o como si por la Corredera, o por la calle Sevilla, por Monjas, y más allá, por
Victoria y Tahona, calles que se hacen cofradía el Viernes Santo, fuéramos
recogiendo restos de ramos de mayo roto y flores flageladas. Como si
encontráramos entre ellos el que trajeron tres niños hermanos con sus ahorros,
o el que dejaron aquellos dos novios, o el que el te regaló aquella viuda que
tantas apreturas pasa…
Eduardo del Rey Tirado
De la Meditación del Stabat Mater ante el
Santísimo Cristo Yacente y la Santísima Virgen de los Dolores
Arahal, 21 de Noviembre de 2009
Aún resuenan en San Roque las bellas palabras que Eduardo del Rey le ofrecía a la Santísima Virgen en aquella primera Meditación del Stabat Mater, conmovedora para todos los que pudimos asistir
ResponderEliminarque preciosa estampa la reina de arahal rodeada de flores,y muy buena propuesta recoger alimentos
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