Como
en tiempos antiguos hicieran nuestros antepasados ante alguna epidemia volvamos
en estos días nuestros ojos hacia San Roque, protector de la peste, epidemias y
otras enfermedades. En casa, ante una estampa, un cuadro o la propia imagen que
mediante este medio compartimos, animamos a rezar la siguiente rogativa
personal que durante estos días ofreceremos. Ayer, hoy y siempre, y en especial, en estos
momentos de tribulación e incertidumbre, ¡líbranos de peste y males, Roque santo y peregrino!
NOVENA
A SAN ROQUE. DÍA PRIMERO
Omnipotente Dios y Señor de los cielos,
en cuyas manos está la salud y el remedio, la muerte y la vida, que a tantos y
tan diversos de tus santos, constituiste especiales abogados, contra tantas y
tan diversas enfermedades, como las que en estos días difíciles estamos
viviendo, y que en especial, concediste,
al bienaventurado Señor San Roque, fuese protector contra todo género de
enfermedad epidémica y contagiosa; yo os suplico y humildemente os ruego, que
pues tu dijiste, que primero faltarían los cielos y la tierra, que tu santísima
palabra faltase, porque la diste al bendito Señor San Roque, y por aquella gran
caridad con que asistió a los apestados de Roma, Acuapendente, Cecena y
Plasencia, atendáis a los pueblos de nuestra España, para librarnos ahora y
siempre de todo contagio y epidemia.
¡Alívianos! dulce protector
nuestro y abogado contra la peste y las enfermedades. Tú que libraste a Roma,
Plasencia y a tantas otras ciudades, de este azote devastador, libra también a
esta ciudad de Arahal que seguirá poniendo en ti toda su confianza. Cúmplase en
nosotros la dulce promesa que el Cielo dejó escrita en aquella misteriosa tabla
que apareció sobre tu glorioso cadáver por mediación de un ángel: “Los que
tocados de la peste y contagios invocaren a mi siervo Roque, se librarán por su
Intercesión de esta cruel enfermedad”. ¡Pues que así sea, San Roque! ¡Cuida de
nosotros, glorioso protector, y restaura a los hijos de esta ciudad de Arahal
la salud y fortaleza del cuerpo y el alma!
Tú que vives y reinas por los siglos de
los siglos. Amén
Se rezan cinco Padre Nuestros y Ave
Marías en memoria de los cinco años que estuvo preso el Santo.
Oración para el día primero
Dios y Señor de todo lo criado, que con
tu admirable providencia todo lo dispones y nada sucede en todo lo criado que
no sea por tu voluntad admirable; Tú, Señor, que quisiste honrar tanto en su
nacimiento, al bendito Señor S. Roque, que del vientre de su madre salió
adornado con la señal de la cruz para admiración de los circunstantes, y para
explicación de los altos fines de tu sabia Providencia: Yo te suplico y
humildemente ruego, que pues en vuestra Cruz Santísima, estuvo pendiente la
salud del género humano, y por ella resucitó el hombre y murió la misma muerte,
que por la Santísima Cruz en que padeciste, y por su señal prodigiosa con que
quisisteis honrar a este bendito Santo, me libréis a mí y a todos los
cristianos, del temeroso castigo del contagio, para que logrando esta gracia
por tu misericordia, podamos decir con nuestra Santa Madre Iglesia, que por tu
santísima Cruz y por la del Sr. S. Roque, hemos sido libres y salvos, por ti,
Señor, que vives y reinas, con el Eterno Padre y el Espíritu Santo, por los siglos
de los siglos. Amén.
Ahora se hace a Dios la súplica de lo
que cada uno quiera conseguir por la intercesión del Santo.
Letanías al Señor San Roque
-San Roque, señalado por el cielo
con una cruz en tu pecho, ruega por nosotros.
-San Roque, desprendido de tus
riquezas materiales, ruega por nosotros.
-San Roque, peregrino en camino
hacia Roma, ruega por nosotros.
-San Roque, ejemplo de caridad con
los necesitados, ruega por nosotros.
-San Roque, abandonado por los
hombres en tus dolencias, ruega por nosotros.
-San Roque, curado en tu
enfermedad, ruega por nosotros.
-San Roque, alimentado por la
providencia en un bosque, ruega por nosotros.
-San Roque, arrojado a un calabozo
por tus propios parientes, ruega por nosotros.
-San Roque, cubierto de cadenas
como un malhechor, ruega por nosotros.
-San Roque, que atendiste a
nuestros antepasados cuando te invocaron, ruega por nosotros.
-San Roque, nuestro socorro y
refugio en las calamidades, ruega por nosotros.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo: Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo: Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los
pecados del mundo: Ten misericordia de nosotros.
Oración final
Dios que prometiste al bienaventurado San
Roque, que el que le rogase no sería tocado de género alguno de peste,
apiádate de este pueblo que implora misericordia para vernos librados de todo
mal. Te rogamos, Señor, nos concedas a los que le tributamos alabanzas, e
interponemos sus méritos y ruegos, seamos libres de epidemias y enfermedades de
alma y cuerpo. Te lo pedimos por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
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