"Es bueno pensar que la muerte del cuerpo es como un sueño del que Jesús mismo nos despertará. Es bueno recordar en los cementerios no solo a nuestros seres queridos, sino a todos, también a aquellos a quienes nadie recuerda.
La tradición de la Iglesia ha exhortado siempre a rezar por los fieles difuntos, ofreciendo por ellos la celebración eucarística, que es la mejor ayuda espiritual que podemos ofrecer a las almas, particularmente a las más abandonadas.
El recuerdo de los difuntos, el cuidado de los sepulcros y los sufragios son el testimonio de la confiada esperanza radicada en la certeza de que la muerte no es la última palabra sobre la suerte humana, porque el hombre está destinado a una vida sin límites que tiene su raíz y su fin en Dios."
(S.S. Francisco)
Foto: Andrés García |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.