En la noche de ayer,
daba comienzo el ciclo de conferencias de la Hermandad con una excepcional
intervención a cargo de don Eduardo del Rey Tirado en la que puso de manifiesto
la situación actual de la Iglesia y la sociedad y su repercusión en las
cofradías en una ponencia bajo el título “La Iglesia y los Cofrades en el mundo de hoy” tras una breve semblanza del del conferenciante por parte de nuestro Hermano Mayor.
Partiendo de una
composición de lugar del entorno en el que vive el hombre de hoy, Eduardo analizó
de forma palpable -a partir de estudios y datos concretos- los factores que
determinan su comportamiento. Con una perspectiva histórica, se evidenciaba que
el papel del hombre en la sociedad había estado marcado por importantes logros a
lo largo de los años en ciencias, economía… pero acompañado de grandes y crudas
sombras que se reflejan en la injusticia, la violencia, el hambre, la pobreza…
Asimismo puso de
manifiesto el debilitamiento actual que están sufriendo las familias en “una
sociedad de prisas, sin tiempo ni para nosotros ni para los demás”, formada por
individuos sin convicciones profundas, que se quedan en la superficialidad, el
presente, el individualismo… Y es este “ser humano disperso” según nos contaba
Eduardo, al cual la Iglesia, la Hermandad, se acerca para mostrarle el mensaje
de Jesucristo. En este sentido, afirmaba con rotundidad que no tenemos
verdadera conciencia de la importancia que juegan las Cofradías para transmitir
la palabra alentadora del Señor a un hombre que -como reflejo de la sociedad en
que vive- se muestra con hambre de vida, sin perspectivas, en una sociedad
triste que contagia hasta a los propios cristianos y nos muestra a través de
los medios de comunicación una Iglesia desprestigiada.
A través de la ponencia,
se evidenciaba el sentido de los Sacramentos y su práctica, defendiéndose esta
Iglesia, la auténtica, “la Iglesia Madre que nos educa en la fe” y viviéndola
de este modo en la hermandad. Sin embargo, no es esta la única realidad que nos
encontramos. Según palabras del conferenciante “hemos creado una concepción de
ser católicos sin que sea necesario participar del misterio de Cristo”, y ahí
es donde las hermandades deben trabajar, destacando la grandeza de estas
asociaciones para la Iglesia por ser capaces de llegar a las fronteras, a
aquellas personas que mantienen un contacto relativo con el Señor y sin duda precisan de nuestro apoyo,
acercamiento, convivencia…
En este sentido es
imprescindible una importante base formativa, proporcional al desarrollo que
experimentamos en otros ámbitos de nuestra vida, evitando así la confusión de
entender la hermandad como una peña de amigos o un club para pasar el rato y teniendo
siempre presente que el centro de las mismas gira en torno a los Sagrados
Titulares.
Finaliza la conferencia
con el paralelismo establecido entre la auténtica Semana Santa, la que se basa
en la celebración del misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y el
término acuñado por Eduardo “semanasanta”. La “semasanta” sería la consecuencia
de muchos de los aspectos comentados en la ponencia que en ocasiones se manifiestan
con laicismo dentro de las hermandades, incluso dentro de las juntas de
gobierno. Casos en los que la Imagen del Señor y la Virgen pasan a un segundo
plano en beneficio del protagonismo de las personas, llegándose a entender las
mismas incluso como objetos con pretextos decorativos, despojados de sacralidad…en
una Semana Santa contradictoria, sin Dios.
Tomando las palabras del
Papa Francisco, concluía la intervención de Eduardo con una invitación a los
presentes a salir a la vida, al igual que lo hicieron los apóstoles cuando
conocieron que Jesucristo había resucitado. Hoy somos nosotros los que “tenemos
que ir a nuestra propia Galilea a anunciar el amor de Cristo”.
Fotos: Andrés García |
Una vez más, desde estas
líneas agradecemos a Eduardo las palabras ofrecidas ayer a los hermanos y
allegados que llenaron la Sala Capitular. Palabras alentadoras y necesarias en
un tiempo falto de compromiso con la Iglesia. Esperamos que el mensaje que a través
de esta entrada aprovechamos para difundir, de frutos en pos de un
engrandecimiento de nuestras hermandades y de la institución de la Iglesia en
el mundo actual.
Formidable la intervención de Eduardo, como siempre
ResponderEliminar