sábado, 15 de febrero de 2014

La Iglesia y los Cofrades en el mundo de hoy

En la noche de ayer, daba comienzo el ciclo de conferencias de la Hermandad con una excepcional intervención a cargo de don Eduardo del Rey Tirado en la que puso de manifiesto la situación actual de la Iglesia y la sociedad y su repercusión en las cofradías en una ponencia bajo el título “La Iglesia y los Cofrades en el mundo de hoy” tras una breve semblanza del del conferenciante por parte de nuestro Hermano Mayor.


Partiendo de una composición de lugar del entorno en el que vive el hombre de hoy, Eduardo analizó de forma palpable -a partir de estudios y datos concretos- los factores que determinan su comportamiento. Con una perspectiva histórica, se evidenciaba que el papel del hombre en la sociedad había estado marcado por importantes logros a lo largo de los años en ciencias, economía… pero acompañado de grandes y crudas sombras que se reflejan en la injusticia, la violencia, el hambre, la pobreza…

Asimismo puso de manifiesto el debilitamiento actual que están sufriendo las familias en “una sociedad de prisas, sin tiempo ni para nosotros ni para los demás”, formada por individuos sin convicciones profundas, que se quedan en la superficialidad, el presente, el individualismo… Y es este “ser humano disperso” según nos contaba Eduardo, al cual la Iglesia, la Hermandad, se acerca para mostrarle el mensaje de Jesucristo. En este sentido, afirmaba con rotundidad que no tenemos verdadera conciencia de la importancia que juegan las Cofradías para transmitir la palabra alentadora del Señor a un hombre que -como reflejo de la sociedad en que vive- se muestra con hambre de vida, sin perspectivas, en una sociedad triste que contagia hasta a los propios cristianos y nos muestra a través de los medios de comunicación una Iglesia desprestigiada. 

 

A través de la ponencia, se evidenciaba el sentido de los Sacramentos y su práctica, defendiéndose esta Iglesia, la auténtica, “la Iglesia Madre que nos educa en la fe” y viviéndola de este modo en la hermandad. Sin embargo, no es esta la única realidad que nos encontramos. Según palabras del conferenciante “hemos creado una concepción de ser católicos sin que sea necesario participar del misterio de Cristo”, y ahí es donde las hermandades deben trabajar, destacando la grandeza de estas asociaciones para la Iglesia por ser capaces de llegar a las fronteras, a aquellas personas que mantienen un contacto relativo con el Señor  y sin duda precisan de nuestro apoyo, acercamiento, convivencia… 

En este sentido es imprescindible una importante base formativa, proporcional al desarrollo que experimentamos en otros ámbitos de nuestra vida, evitando así la confusión de entender la hermandad como una peña de amigos o un club para pasar el rato y teniendo siempre presente que el centro de las mismas gira en torno a los Sagrados Titulares.


Finaliza la conferencia con el paralelismo establecido entre la auténtica Semana Santa, la que se basa en la celebración del misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo y el término acuñado por Eduardo “semanasanta”. La “semasanta” sería la consecuencia de muchos de los aspectos comentados en la ponencia que en ocasiones se manifiestan con laicismo dentro de las hermandades, incluso dentro de las juntas de gobierno. Casos en los que la Imagen del Señor y la Virgen pasan a un segundo plano en beneficio del protagonismo de las personas, llegándose a entender las mismas incluso como objetos con pretextos decorativos, despojados de sacralidad…en una Semana Santa contradictoria, sin Dios.

Tomando las palabras del Papa Francisco, concluía la intervención de Eduardo con una invitación a los presentes a salir a la vida, al igual que lo hicieron los apóstoles cuando conocieron que Jesucristo había resucitado. Hoy somos nosotros los que “tenemos que ir a nuestra propia Galilea a anunciar el amor de Cristo”.

Fotos: Andrés García
Una vez más, desde estas líneas agradecemos a Eduardo las palabras ofrecidas ayer a los hermanos y allegados que llenaron la Sala Capitular. Palabras alentadoras y necesarias en un tiempo falto de compromiso con la Iglesia. Esperamos que el mensaje que a través de esta entrada aprovechamos para difundir, de frutos en pos de un engrandecimiento de nuestras hermandades y de la institución de la Iglesia en el mundo actual.

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