Vara de San Roque de la Hermandad. s.XVIII |
A las puertas de la celebración del Solemne
Triduo en su honor, traemos al blog de la Hermandad esta entrada dedicada a San
Roque, uno de los grandes santos populares que ha suscitado devoción en todo el
mundo. Existen levantadas muchísimas capillas dedicadas a San Roque y en
diferentes iglesias tienen una imagen del santo, gracias a los favores que a lo
largo de los siglos ha concedido, principalmente en épocas de enfermedades y de
peste.
Sus primeros años y el deseo de ser pobre
Según el gran historiador de vidas de santos,
Martirià Brugada, uno de los textos más fidedignos que nos narra la vida del
santo es el "Acta Brevoria", un escrito anónimo y posiblemente
redactado en la zona italiana de la Lombardía hacia el 1430. Para este
sacerdote gerundense, de este texto derivan las narraciones posteriores, en las
que según ellas, el nacimiento de Roque habría sido fruto de un voto hecho por
sus padres que sufrían por no tener hijos.
Cuenta la historia que Roque habría nacido por
el año 1300 en la ciudad francesa de Montpellier. Quedó huérfano muy pronto y
vendió toda la herencia familiar para entregar los beneficios a los pobres. De
alguna manera, nuestro santo habría hecho realidad aquella cita del evangelio
de Mateo que dice: "Vende lo que tienes, da el dinero a los pobres y así
tendrás un tesoro en el cielo y luego vente conmigo". Con este deseo de
seguir en la pobreza a Jesús y también de enseñar la fe cristiana, inició su peregrinación
a Roma.
En la zona de la Toscana, Roque se hospedó en la
ciudad de Acquapendente y, en el hospital, se puso a servir a todas aquellas
personas que estaban infectadas de la peste, logrando, cómo no, curaciones
admirables e inexplicables. Seguramente, San Roque aprendió nociones de medicina
en su ciudad natal, que puso luego en práctica durante sus peregrinaciones.
Recordemos que Montpellier es una de las ciudades más prestigiosas de Europa en
temas médicos, con la reconocida Universidad
de Montpellier, que fue fundada en el siglo XIII. Se cuenta que en la
ciudad italiana de Cesanea, antes de llegar a Roma, nuestro santo curó a un
cardenal, y que este lo presentó luego al Papa.
Cuando se dispuso a regresar a su país, pasó por
Rímini, hoy convertida en una de las grandes zonas de veraneo de Italia. Roque
se dedicó a la predicación del evangelio por tierras italianas y continuó
curando de la peste a aquellas personas que podía. Tantas curaciones y tanto
contacto con los infectados, propició que en la ciudad de Piacenza él mismo
quedara contagiado y se viera obligado a retirarse en un bosque de las afueras
de la ciudad.
El perro y San Roque
Se explica, que cuando nuestro santo se trasladó
al bosque para no infectar de esta manera a los vecinos de Piacenza, recibía
cada día la visita de un perro que le llevaba un panecillo. El animalito lo
tomaba cada día de la mesa de su amo, un hombre bien acomodado llamado Gottardo
Pallastrelli, el cuál, después de ver la escena repetidamente, decidió un día
seguir a su mascota. De esta forma, penetró en el bosque donde encontró al
pobre moribundo. Ante la sorpresa, se lo llevó a casa, lo alimentó y le hizo
las curaciones oportunas. El mismo Gottardo, después de comprobar la sencillez
de aquél hombre y de haber escuchado las palabras del evangelio que le enseñó,
decidió peregrinar como él. La curación definitiva de Roque fue gracias a un
ángel que se le apareció. Cabe decir que otras versiones populares afirman que
fue el mismo perro quien le curó, después de lamerle la herida de su pierna
varias veces cuando el santo estaba en el bosque. También cabe añadir, que para
algunos historiadores, el redactor de la "Acta brevoria" sería el
mismo Gottardo.
Una vez curado, Roque decidió volver
definitivamente a Montpellier, pero en el norte de Italia, en el pueblo Angera,
a orillas del lago Maggiore, unos soldados, acusándolo de espía, lo arrestaron.
Fue encerrado y moriría en prisión entre los años 1376 y 1379. Algunos cuentan
que tenía 32 años de edad.
Cabe decir que San Roque había pertenecido a la
Tercera Orden de los franciscanos, una rama de esta congregación reservada a
las personas laicas que quieren vivir bajo la espiritualidad de San Francisco
de Asís. Así lo reconoció el Papa Pío IV en 1547.
Otras versiones de la vida de San Roque
A pesar de todo, la historia de San Roque es
bastante difusa. A lo largo de los años, se han publicado diferentes textos
biográficos, como el que el veneciano Francesco Diedo redactó en 1478, en el
que San Roque habría nacido en 1295 y muerto en 1327. Pero para muchos, dicha
tesis, que es la más popular y la más difundida, es un error, ya que la gran
peste en la que Roque se vio involucrado no empezó hasta 1347.
Las leyendas cuentan que Roque era hijo del
gobernador del rey de Mallorca en Montpellier llamado Juan y que, en el
momento del nacimiento, llevaba una cruz roja en el pecho prefigurando su
destino. Su madre se llamaba Liberia. Otros investigadores como A. Maurino
sitúan la vida del santo entre el 1345 y 1376 y A. Fliche lo hace entre el 1350
y 1379.
También es confuso el lugar de su muerte,
mientras que para algunos fue en Angera tal y como hemos visto, otros la
sitúan en la misma Montpellier. En esta ciudad francesa, que antes de 1349
había pertenecido a la Corona de Aragón y al Reino de Mallorca, fue arrestado
por mendigo y estuvo 5 años en la cárcel hasta que murió de flaqueza. Se cuenta
que el mismo tío de Roque, entonces gobernador de Montpellier, al ver que aquel
moribundo era su sobrino hizo levantar un templo en su honor.
Es todavía más dudosa la ubicación de su tumba,
aunque con toda probabilidad Roque falleció en Anguera, una hipótesis señala
que su cuerpo habría sido trasladado a Venecia en 1485. Otros historiadores del
sur de Francia vuelven a reafirman en que el santo habría retornado a
Montpellier para morir en su ciudad natal y que habría sido sepultado en un
convento de los hermanos dominicos y que sus reliquias se trasladaron más tarde
a Arles. Lógicamente, y está comprobado, el Convento de los Trinitarios de
Arles y la ciudad de Venecia fueron dos de los centros de más veneración a San
Roque.
Después de tantas confusiones, es preciso
aclarar que sin duda alguna el nacimiento de San Roque se produjo en
Montpellier fue un peregrino que se desplazó a Roma, recorrió Italia y se
dedicó a curar a todos los infectados de la peste, falleciendo en olor a
santidad. Su vida la tenemos que fechar con toda seguridad, a partir de la
mitad del siglo XIV según el texto más fidedigno, el "Acta brevoria".
El culto y la devoción
Aunque la documentación que se tiene de San
Roque lleve a confusiones, no hay que negar que la devoción hacia él fue muy
rápida a partir del siglo XV. Desde Venecia se extendió el culto hacia el mundo
germánico y a los Países Bajos. En 1477, en ocasión de otra epidemia de peste,
se fundó en Venecia una cofradía que bajo su honor se dedicó al hospedaje de
enfermos de peste y que fue conocida como Confraternità o Scuole di San Rocco.
Dicha agrupación fomentó la devoción al santo construyendo capillas y más
centros de acogida por toda Italia. Una de las iglesias conocidas que le están
dedicadas se sitúa en París, mandada edificar por Luis XIV en 1563, quedando
toda Europa sembrada de templos que le fueron dedicadas, incluso en la América
Latina.
Desde finales del siglo XIV, se convierte en uno
de los santos más populares para pedir su intercesión ante Dios. Es el abogado
por excelencia contra la peste y todo tipo de epidemias. El Papa Gregorio XIII
lo declaró santo en el siglo XVI y en muchos pueblos y ciudades lo veneran con
gran devoción después de que él haya intercedido entre los habitantes.
Ángel
Rodríguez Vilagrán
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