El gran y desagradable protagonista de la Semana Santa fue sin duda la lluvia. Por segundo año consecutivo, su presencia en las calles de Arahal obligó a alterar sustancialmente la Estación de Penitencia de la Hermandad en la noche del Viernes Santo.
Tras barajar varios partes meteorológicos –que anunciaban la mayoría un riesgo muy bajo de leves chubascos aislados, sin existir riesgo de tormentas- la Junta de Gobierno decidió realizar su anual Estación de Penitencia como indican sus Reglas. Aunque, afortunadamente, la Hermandad pudo salir a la calle para testimoniar públicamente nuestra Fe junto al Santísimo Cristo Yacente y la Santísima Virgen de los Dolores, decidimos regresar con prontitud a nuestra sede canónica por el camino más corto ante la presencia de la lluvia, que aunque débil, amenazaba con volver a lo largo de la noche, como así pudimos todos comprobar una vez que ya toda la cofradía se encontraba en San Roque.
La cofradía se dividió por tanto en dos, al encontrarse el paso de la Santísima Virgen en las inmediaciones al templo, retornando por la calle San Roque acompañada de un tramo de nazarenos. El paso de la urna por su parte regresó por las calles Serrano y Sevilla, pudiéndose unir toda la cofradía a su llegada a la plaza de San Roque, entrando con solemnidad y austeridad.
Todos pudimos asistir a esta sobrecogedora estampa. La Madre, esperando a su Hijo Muerto; ubicados los dos pasos en calles paralelas, en una entrada única donde todos los allí presentes pudimos contemplar por primera vez juntos, el punto final de la Cofradía.
Destacamos el gran comportamiento de los costaleros, capataces, diputados de tramo y personas allegadas a la Hermandad que contribuyeron a que todo saliera lo más dignamente posible y, sobre todo, transmitiendo tranquilidad para que los que hacían su Estación de Penitencia, pudiesen cumplir con sus oraciones y plegarias, testimoniando su Fe por medio del culto externo por las calles de Arahal. Asimismo destacamos el incremento un año más del cuerpo de nazarenos, doblando –según datos del Diputado Mayor de Gobierno- el cortejo de cera del Viernes Santo de 2007 que realizamos Estación de Penitencia desde la Parroquia de Santa María Magdalena.
Evidentemente fue un Viernes Santo breve, pero sin duda intenso y emotivo, invitando a la reflexión. Esas imágenes de los dos pasos en la entrada nos hace ver lo unidos que debemos estar, como hermanos con un mismo amor a Cristo y a su Madre.
Fotos: Andrés García |
Entiendo que la decisión tomada era dificil pero estimo que también acertada, estuve consultando partes a varios contactos y desde luego, no eran para quedarse en San Roque. Una vez en la calle se hizo lo correcto, aunque la lluvia de las 12 no hubiese aparecido.
ResponderEliminarDejando a un lado el tema meteorológico, felicitar a la Hermandad por el gusto exquisito en el exorno floral de los pasos, especialmente el de la Virgen, la portentosa manga que se estrenaba y como no, por el aumento de nazarenos, que ya desde fuera se apreció considerablemente.
Pude llegar para ver la entrada y me encantó. El acompañamiento musical del Yacente es todo un acierto y el andar de la Virgen, de lo mejor sin duda. Lástima que todo terminara tan pronto...
ResponderEliminarCorto pero intenso,emotivo y precioso.
ResponderEliminarCorto pero intenso,emotivo,único maravilloso.VIVA MI HERMANDAD
ResponderEliminar