viernes, 29 de septiembre de 2017

¡Súmate a la Juventud de la Hermandad!

Tal vez te hayas planteado en alguna ocasión formar parte del Grupo Joven y te daba algo de corte. Es el momento de compartir grandes vivencias con los jóvenes de la Hermandad, por ello, queremos contar contigo en las actividades y proyectos de este nuevo curso.Tienes una oportunidad estupenda en el encuentro que celebraremos el próximo sábado 7 de octubre  a las 17:00 horas en la Iglesia de San Roque. ¡Te esperamos!

martes, 26 de septiembre de 2017

Ordenación de nuevos diáconos en nuestra Archidiócesis

El próximo sábado 30 de septiembre, tendrá lugar en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla la ordenación de seis nuevos diáconos de nuestra Archidiócesis, entre ellos el actual seminarista don Álvaro Montilla González, natural de nuestro pueblo. Damos gracias a Dios por esta feliz noticia, felicitando desde estas líneas a Álvaro por su ordenación y haciéndoos partícipe de dicha celebración, que será presidida por el Excmo. y Rvdmo. Sr. Don Juan José Asenjo Pelegrina, Arzobispo de Sevilla.


lunes, 25 de septiembre de 2017

Convocatoria para jóvenes para la preparación al Sacramento de la Confirmación

Convocatoria para la Catequesis preparatoria al Sacramento de la Confirmación, dirigida a los niños de 5º de Enseñanza Primaria que han recibido la 1ª Comunión en la Parroquia de Santa María Magdalena.



Humildes y sencillos trabajadores de la viña del Señor

Queridos hermanos y hermanas:
A lo largo de este mes de septiembre, todos estamos iniciando de nuevo nuestras tareas. Los estudiantes vuelven al colegio o a la universidad. Las parroquias reemprenden sus actividades pastorales, la catequesis, la pastoral de enfermos, el servicio de Cáritas y tantos flancos importantes de la vida de una parroquia. Cada cual procura entregarse a su trabajo, sea el profesional, sean los diversos voluntariados y ministerios parroquiales. La parábola del evangelio de hoy nos habla de los trabajadores contratados para trabajar en la viña. Nos habla del trabajo y de la paga que todo trabajador tiene derecho a percibir. Al escuchar la parábola de este domingo no acabamos de entender cómo los que han trabajado menos horas en la viña, cobran lo mismo que los que han «aguantado el peso del día y el bochorno». Nuestro sentido de la justicia no entiende que, como concluye el evangelio de hoy, «los últimos sean los primeros y los primeros los últimos» (Mt 20,16).

Pero la enseñanza de Jesús en este domingo no es sobre la justicia retributiva, que nos inclina a dar a cada uno lo que le corresponde, sino sobre la bondad de Dios y la gratuidad de sus dones. La parábola de la viña y los trabajadores nos quiere enseñar que Dios es generoso y bueno con todos nosotros. Lo fue con el pueblo de Israel, que fue el que primeramente fue llamado para servir a Dios. Lo es con nosotros, los miembros de la Iglesia, el pueblo de la Nueva Alianza. Lo es con los que fuimos llamados a primera hora, porque recibimos el bautismo en la infancia; y lo es con aquellos que se convierten a la fe cristiana en la juventud, en la madurez o en el último tramo de su vida. A todos nos regala el Señor la gracia santificante, la filiación divina y la pertenencia a la Iglesia, que nos permite vivir nuestra fe y nuestros compromisos cristianos no a la intemperie, sino acompañados, sostenidos y arropados por una auténtica comunidad de hermanos. Dios no nos paga ni retribuye por nuestros méritos grandes o pequeños. Nadie puede decir que tiene derecho a la salvación, al cielo al que todos estamos convocados, porque tiene mucha fe y hace muchas obras buenas por el Reino de Dios.
En la vida cristiana todo es gracia, todo es don. La causa de la salvación eterna es el misterio pascual de Cristo muerto y resucitado, de Cristo que murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación (Rom 4,25). Esta afirmación no contradice aquello que dice el evangelio, que el reino de los cielos es para los que se esfuerzan. (Mt 11,12), pues como dice San Agustín: «El que te creó sin ti no te salvará sin ti». Esto quiere decir que la bondad de Dios quiere contar con nuestra colaboración, aunque sigue siendo muy cierto que, como nos dice san Pablo, Dios es el que nos  justifica y nos salva (Rom 8,33).
Ante la bondad, la generosidad y la misericordia sobresaliente de Dios nuestra actitud no puede ser la envidia o la protesta. Hemos de alegrarnos de que Dios ofrezca a todos con un corazón tan grande un puesto en el banquete de su Reino, ahora en la Iglesia y después en el cielo. Dios quiere salvarnos a todos. Por ello, nos está invitando a todas horas a trabajar en su Reino, en su Iglesia, que es el anticipo visible del Reino de los Cielos. Pero si alguno se obstina, y se va de la casa paterna, como el hijo pródigo, Él lo impulsa con su gracia para que vuelva y luego lo abraza con amor de Padre. Así es Dios. Esta es la imagen auténtica que nos ha revelado Jesucristo.
En este domingo, el Señor nos invita una vez más a trabajar en su viña. Aceptemos esa invitación sabiendo que Dios es bueno y que nos dará el premio prometido a sus servidores fieles y cumplidores, el cielo, a  donde Él ha ido a prepararnos un sitio (Jn 14,1-4). Trabajemos cada día por nuestra santificación, por ser fieles al Señor, por ser generosos con nuestros hermanos, especialmente con los más pobres y necesitados. Impliquémonos también en la vida de nuestra parroquia, en la catequesis, en la pastoral de la salud, en la pastoral litúrgica, en la Cáritas parroquial, y en tantos ministerios necesarios para que una parroquia pueda servir eficazmente a sus fieles. Nunca podremos decir que ya hemos trabajado lo suficiente. ¿Qué es lo suficiente? La gracia de Dios sí es suficiente, pero nuestra respuesta es casi siempre  escasa.
Repitiendo las palabras que encabezan esta carta, pronunciadas por el papa Benedicto XVI el día de su elección, Dios quiera que en el curso pastoral que ahora iniciamos todos seamos humildes y sencillos trabajadores de la viña del Señor.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla

viernes, 22 de septiembre de 2017

Nuevas capillas domiciliarias de Santa Ángela de la Cruz

Hace unos años, la Hermandad llevó a cabo la creación de una serie de capillas domiciliarias de Santa Ángela de la Cruz, con el fin primordial de difundir entre nuestros hermanos y sus familias la devoción a Nuestra Amantísima Titular, fomentando de este modo el fervor y la fe. 

Atendiendo la petición de algunos hermanos, la Junta de Gobierno ha visto oportuno realizar nuevas capillas de manera que puedan visitar un mayor número de hogares de las familias de nuestra Hermandad. Todos aquellos hermanos que deseen formar parte de este proyecto, deben inscribirse personalmente en la Iglesia de San Roque , los jueves y viernes por la tarde de 19:00 a 21:00 horas hasta el viernes 3 de noviembre, confeccionándose con posterioridad con los domicilios interesados varios circuitos por los que discurrirán las capillas.


Estas capillas, además de difundir la devoción a Santa Ángela, cumplen otras funciones como la de promover la oración en familia orientándola hacia Dios y renovando la vida cristiana de los hermanos que la reciben en su casa. Es importante reseñar además su fin recaudatorio, puesto que las limosnas que se vayan depositando dentro de la urna serán destinadas íntegramente a la Compañía de las Hermanas de la Cruz de Sevilla, entregándose a las hermanas en la visita anual que la Hermandad realiza en el mes de Mayo al Convento Casa Grande fundado por Santa Ángela de la Cruz.



NOVENA A SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ
Dios de toda bondad, que iluminaste a Santa Ángela, virgen,
con la sabiduría de la cruz, para que reconociese a tu Hijo Jesucristo
en los pobres y enfermos abandonados, y los sirviese como humilde esclava.
Concédenos la gracia que te pedimos por su intercesión, en esta novena.
Así también, inspira en nosotros el deseo de seguir su ejemplo,
abrazando cada día nuestra propia cruz, en unión con Cristo crucificado
y sirviendo a nuestros hermanos con amor.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén.
Padrenuestro, Avemaría, Gloria …

Santa Ángela de la Cruz
Ruega por nosotros

sábado, 16 de septiembre de 2017

Convivencia del grupo de mujeres

En la noche de ayer, a la conclusión de la Santa Misa en honor de la Santísima Virgen de los Dolores, se celebró en el patio del naranjo de la Iglesia de San Roque una convivencia por parte del grupo de mujeres de la Hermandad. Como viene haciéndose en los últimos años, en la misma compartieron un agradable rato de encuentro en torno a la fiesta de la Santísima Virgen.


viernes, 15 de septiembre de 2017

15 de septiembre. Nuestra Señora de los Dolores


El presente artículo del Butler-Guinea se refiere a la celebración de «Los siete dolores de la Virgen María», que era el nombre de esta fecha litúrgica en el calendario anterior a la última reforma. Pareció interesante conservar su contenido, para tener un acercamiento a la historia de la celebración, pero debe tenerse presente que en la liturgia actual tiene rango de memoria, y por tanto las antífonas ya no corresponden al contenido de la conmemoración, sino que son las que tocan en el día correspondiente; asimismo los textos que se refieren específicamente a los dolores de la Virgen, tanto en la misa como en el oficio del día, están centrados exclusivamente en la Pasión, mientras que la celebración los «siete dolores» tal como se los ordena aquí, ha permanecido sólo como devoción popular.
Por dos veces durante el año, la Iglesia de occidente conmemora los dolores de la Santísima Virgen María: el viernes de la semana de Pasión, llamado Viernes de Dolores, y también en el día de hoy, 15 de septiembre. La primera de estas conmemoraciones es la más antigua, puesto que se instituyó en Colonia y otras partes de Europa en el siglo XV. Por entonces, se la llamaba Memoria de los Sufrimientos y Penas de la Santísima Virgen María y se dedicaba especialmente a los sufrimientos de Nuestra Señora en el curso de la Pasión de su divino Hijo. Cuando la festividad se extendió por toda la Iglesia occidental, en 1727, con el nombre de los Siete Dolores, se mantuvo la referencia original de la misa y del oficio de la Crucifixión del Señor y, la conmemoración se llama todavía en algunos calendarios «Compasión de Nuestra Señora», así como en muchos lugares, antes del siglo XVIII.
En la Edad Media había una devoción popular por los cinco gozos de María y, por la misma época se complementó esa devoción con otra fiesta en honor de sus cinco dolores, durante la Pasión. Más adelante, las penas de la Virgen se aumentaron a siete y no sólo comprendieron su marcha hacia el Calvario, sino su vida entera. A los frailes servitas, que desde su fundación tuvieron particular devoción por los sufrimientos de María, se les autorizó en 1668 para que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer domingo de septiembre. Esta festividad se implantó también en la Iglesia occidental en 1814. Durante largo tiempo, estos misterios se enumeraron de distinta manera, pero a partir de la composición del oficio litúrgico, se establecieron de acuerdo con los responsorios de los maitines, como sigue:
-La profecía de San Simeón. «Había un hombre llamado Simeón que era justo y piadoso; y le dijo a María: Una espada de dolor traspasará tu alma.»
-La Huída a Egipto. «Levántate, toma al Niño y a su Madre, huye hacia Egipto y quédate allí hasta que yo te lo diga.»
-El Niño Jesús perdido durante tres días. «Hijo, ¿por qué has hecho esto con nosotros? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
-La dolorosa marcha hacia el Calvario. «Él avanzó cargado con la cruz. Y le seguía una gran multitud del pueblo y una mujer que lloraba y se lamentaba por Él.»
-La Crucifixión. «Y cuando llegaron al lugar que se llama Calvario, lo crucificaron allí. A los pies de la cruz de Jesús estaba su Madre."
-El descendimiento de la cruz. «José de Arimatea pidió el cuerpo de Jesús. Y al bajarlo de la cruz, lo depositó en los brazos de su Madre.»
-La Sepultura. «¡Qué gran tristeza pesaba sobre tu corazón, Madre de los dolores, cuando José lo envolvió en lienzos finos y lo dejó en el sepulcro.»
Mucho se ha escrito sobre la gradual evolución de estos siete dolores de Nuestra Señora, pero de ninguna manera, se ha agotado el tema. Una de las contribuciones más valiosas para esta historia es la de un artículo que aparece en la Analecta Bollandiana (vol. xu, 1893, pp. 333-352), bajo el título de La Vierge aux Sept Glaives, escrito para rebatir el absurdo intento del folklorista H. Gaidoz para relacionar la devoción con un rollo manuscrito que se encuentra en el Museo Británico. El rollo está ilustrado con una representación de la diosa asiria Istar, en torno a la cual hay una especie de panoplia en la que se ven siete armas. La coincidencia no tiene nada de extraordinario y no existe el menor indicio que sugiera un vínculo entre la diosa asiria y la devoción occidental de época muy posterior. Sabemos con certeza que en la Edad Media se reconocían los «cinco gozos» y poco tiempo después, se estableció el número de siete dolores específicos de Nuestra Señora. Además, antes de que se estableciera ese acuerdo, hubo devoción por «nueve gozos», «quince dolores», y hasta «veintisiete dolores».

Fuente: www.aleteia.org

martes, 12 de septiembre de 2017

Antonio Gila Bohórquez, meditador del Stabat Mater 2017

La Junta de Gobierno de la Hermandad, ha designado a don Antonio Gila Bohórquez para ser el encargado de pronunciar la meditación del Stabat Mater el próximo mes de noviembre, ante las Sagradas Imágenes del Santísimo Cristo Yacente y María Santísima de los Dolores. 
Antonio Gila Bohórquez, médico de profesión y salesiano de formación, nació en Sevilla en el año 1987, realizando sus estudios en el Centro Salesiano de la Santísima Trinidad. Posteriormente, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla, obtiene la Licenciatura en el año 2011. Consigue el Premio Extraordinario Fin de Carrera por su expediente académico, el Premio de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla y el Premio “Ciudad de Sevilla” del Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla a la Excelencia Académica. Máster en Investigación Biomédica, Clínica y Experimental. Actualmente desarrolla su tarea profesional en el Hospital Quirón de Sevilla.
Pertenece a las Hermandades de San Bernardo, Gran Poder, Amargura, Divina Pastora y Santa Marina y a la Archicofradía de María Auxiliadora Coronada, siendo un gran devoto de la Esperanza Macarena.
Con 16 años pronunció su primera disertación correspondiente al XIII Pregón Escolar de la Semana Santa de Sevilla en el Colegio Salesiano de la Santísima Trinidad. Realizó el Pregón Universitario de la Semana Santa en el año 2011, así como el Pregón de las Glorias de Sevilla en el año 2013 ante la Patrona Hispalense, la Virgen de los Reyes.
Desde el año 2008 hasta la actualidad ha pronunciado: Pregón de la Navidad en la Residencia de San Juan de Dios; Pregón de la Virgen de las Veredas en el Barrio de Valdezorras; Pregón de la Navidad Salesiana en la Basílica de María Auxiliadora; Mantenedor en el Acto Literario a la Divina Pastora de Santa Marina por el X Aniversario de su Exaltación de la juventud; Presentación del Concierto del XV Aniversario de la Banda de Música María Santísima de la Victoria, en la Basílica del Gran Poder; XI Exaltación de la Juventud a la Divina Pastora y Santa Marina; Exaltación al Santísimo Cristo de la Corona, de la Parroquia del Sagrario; Meditación al Santísimo Cristo de las Almas, de la Hermandad de Los Javieres; Meditación a Nuestra Señora del Rosario Doloroso, de la Hermandad del Polígono de San Pablo; Meditación al Santísimo Cristo de la Redención de la Hermandad de las Mercedes de la Puerta Real; Salutación a la Virgen del Carmen de Calatrava; Pregón de la Bajada de María Auxiliadora Coronada en la Basílica Salesiana y Pregón de la Virgen de la Cabeza de Sevilla.
Es una gran alegría para la Hermandad contar con la presencia de Antonio Gila para pronunciar la meditación del Stabat Mater antes Nuestros Sagrados Titulares, agradeciendo desde aquí su compromiso y generosidad.

Catequesis de adultos. Sacramento de la Confirmación

Acompañamos a esta entrada la convocatoria de catequesis de adultos para recibir el Sacramento de la Confirmación en la Parroquia de Santa María Magdalena de Arahal. 


lunes, 4 de septiembre de 2017

Santa Misa en honor de María Santísima de los Dolores

Foto cartel: Studio Miguel Ángel

El próximo viernes 15 de septiembre a las 20:00 horas en la Iglesia de San Roque, la Hermandad del Santo Entierro dedica Santa Misa con veneración y amor a su Sagrada Titular María Santísima de los Dolores con motivo de su memoria litúrgica.

Iniciamos el curso pastoral de la mano de la Santísima Virgen

Queridos hermanos y hermanas:
Comenzamos el curso pastoral 2017-2018 de la mano de la Virgen, cuya natividad celebraremos el próximo viernes. Coincide con las fiestas mayores de tantas ciudades y villas de nuestra Archidiócesis, en las que la Madre de Dios es honrada con los más diversos y hermosos títulos. No podíamos comenzar mejor nuestras actividades pastorales que bajo la protección de la Virgen.
Foto: Andrés García
La fiesta de la natividad de la Santísima Virgen es muy distinta de las fiestas de los santos. De ellos no celebramos su nacimiento, sino su muerte, su nacimiento para el Cielo. La razón es que todo hombre o mujer que viene a este mundo nace lastrado por el pecado original. Por ello, la Iglesia sólo celebra el nacimiento del Señor, el de Juan el Bautista, santificado en el vientre de su madre en la visita de María a Isabel, y el nacimiento de la Virgen, concebida sin pecado.
Celebramos la natividad de María cuando nuestros agricultores han recogido  el fruto de sus sudores, y cuando el tiempo, después de los rigores estivales, se torna más suave. Estas dos circunstancias nos ayudan a comprender dos aspectos que constituyen la entraña de esta fiesta: el inicio de la “plenitud de los tiempos” (Gál 4,4); y el alivio benéfico que aporta a la humanidad el nacimiento de María.
Con la natividad de María se inicia el Nuevo Testamento, los tiempos nuevos anunciados por los profetas, de los que nos hablan los textos litúrgicos de esta fiesta, coloreados por dos temas dominantes: la luz y la alegría. Efectivamente, como nos dicen los Padres de la Iglesia, María es el lucero que precede al Salvador, la aurora que disipa las tinieblas de la noche y que nos entrega a Cristo, luz del mundo, la luz que recibimos el día de nuestro bautismo y que estamos llamados a poner sobre el candelero para que a todos nos alumbre. En los últimos años, ha crecido loablemente en la Iglesia la sensibilidad ante la pobreza y los sufrimientos de nuestros hermanos, pero probablemente ha decrecido el número de cristianos que dedican sus energías a combatir la mayor de las pobrezas, la de tantos huérfanos de filiación que no saben que tienen un Padre bueno que les ama entrañablemente y que, en consecuencia, viven en el pozo sin fondo del consumismo materialista, que no sacia las ansias de felicidad del corazón humano.
Queridos hermanos y hermanas: no ocultéis la luz de vuestra fe debajo del celemín por miedo, por pusilanimidad o por intereses humanos poco confesables. Anunciad a Jesucristo con valentía, con audacia y sin complejos. Que la Santísima Virgen, aurora que precede al Salvador, nos ayude a todos a ser portadores de luz, lámparas vivientes en nuestras obras, en nuestras vidas, en nuestras profesiones y en nuestra familia.
Los textos de la liturgia de esta fiesta insisten también en la alegría. En las últimas décadas es evidente el oscurecimiento de la esperanza y la alegría en Occidente como consecuencia del fracaso de las grandes utopías que prometían la felicidad, y como fruto también de la secularización de la sociedad, pues como afirmara Benedicto XVI, “el hombre necesita a Dios; de lo contrario queda sin esperanza” (SS 23). Tampoco los cristianos estamos sobrados de alegría y esperanza, algo que es más notorio en esta hora difícil,  cuando sentimos con tanta intensidad el peso del laicismo militante, el peso y la angustia de una cultura pagana, que proclama sus dogmas con tanta agresividad, seguridad y arrogancia. En este contexto, al que se suman también las carencias y penurias de tantos hermanos en  nuestros barrios periféricos, podría parecer que el derrotismo, la tristeza y la añoranza de otros tiempos es la actitud más realista y coherente.
La fiesta de la Natividad de María nos invita a vivir la virtud de la esperanza, una esperanza penetrada de optimismo sobrenatural y de confianza en las promesas de Dios, que guía indefectiblemente a su Iglesia y que de los males saca bienes. La fiesta del nacimiento de la Virgen, la cantora de Dios, la mujer que se alegra en Dios su salvador porque ha hecho maravillas, nos invita a vivir la alegría sobrenatural, que es don del Espíritu y que se fragua en la oración serena, en la experiencia profunda de Dios y en el encuentro diario con Él. Es la alegría de los pastores que después de encontrarse con el Señor vuelven a Belén muy alegres alabando a Dios; es la alegría de los magos, que retornan a su país muy contentos; la alegría de Zaqueo o de la samaritana refiriendo a sus paisanos su encuentro con el Señor. El mundo de hoy necesita más que nunca del testimonio cotidiano de almas sencillas, que comuniquen a los hombres la alegría de la salvación, la alegría de sentirnos amados por Dios nuestro Padre.
Deseándoos una feliz celebración de la natividad de María, recibid mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina
Arzobispo de Sevilla