martes, 19 de junio de 2018

Siete nuevos sacerdotes

El próximo sábado 23 de junio tendrá lugar en la Catedral de Sevilla la ordenación de siete nuevos sacerdotes entre los que se encuentra el seminarista Álvaro Montilla González, natural de Arahal. Reproducimos a continuación la carta pastoral que nuestro Arzobispo dedica a esta dicha para nuestra Archidiócesis.

Queridos hermanos y hermanas:
El próximo sábado, víspera de la solemnidad de san Juan Bautista, tendrá lugar en nuestra Catedral una ceremonia verdaderamente excepcional. El Señor me concede la dicha de ordenar sacerdotes a siete seminaristas de nuestros Seminarios. Por ello, en esta carta semanal me siento obligado a repetir con San Pablo: “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales” (Ef 1,3). La misericordia de Dios se ha mostrado desbordante con nosotros al elegir y consagrar como sacerdotes a los diáconos Salvador Diánez Navarro, Francisco José Fernández García, Ariel Figueroa Moreno, José Luis López Reyes, Jose Iván Martín Pascual, Álvaro Montilla González, Antonio Jesús Salvago Duarte.
Dios nuestro Señor les ha bendecido regalándoles la vocación sacerdotal y configurándolos sacramentalmente con Cristo sacerdote, cabeza y pastor de la Iglesia, siervo y servidor. También ha bendecido abundantemente a nuestra Archidiócesis, que se enriquece con el don de su sacerdocio, por el que nos llegarán tantos y tan fundamentales bienes de Dios. A través de ellos, Cristo realizará en su Iglesia su obra de salvación cumpliendo aquella promesa consoladora, “os daré pastores según mi corazón” (1 Sam 2,35), que culmina en su toda plenitud en Jesucristo, el único pastor de nuestras almas.
Es justo, pues, que la Archidiócesis toda dé gracias a Dios, autor de todo bien. Y junto con la acción de gracias, nuestra oración al Señor para que sean santos, hombres de oración, enamorados de Jesucristo y de su ministerio, pastores fieles y entregados, nunca asalariados, a los que no les importan las ovejas. Pedimos para ellos que nunca busquen el propio interés, el medro personal, el afán de poder o el dominio sobre las ovejas que la Iglesia les confíe; que sean siempre servidores abnegados en la viña del Señor, sin pedir nada a cambio, sin profesionalizar el don que han recibido, sin escatimar nada, sin reservarse nada, dedicados al servicio del Reino de Dios, sin interés alguno bastardo, sino por Dios mismo y por amor a los hombres, sin cálculos, sin medida, sin barreras, sin poner o exigir condiciones.
A partir de ahora, el Señor debe ser de una forma especialmente intensa el lote de su heredad (Sal 15,5-6) y su única plenitud. Por ello, pedimos al Señor que Él sea el único cayado en el que se apoyen en la nueva andadura que ahora inician; que entreguen por entero a Jesucristo y a la Iglesia su tiempo, sus talentos, sus energías, su afectividad y su capacidad de amar. Que siempre se vean a sí mismos como don de Dios, sobre todo para los más sencillos, los que están abandonados en las cunetas de la vida, los cansados y agobiados, los pecadores, los pobres, los necesitados, los niños y los jóvenes.
Que se gasten y se desgasten en el servicio a la Iglesia y que encuentren en el ministerio el júbilo y la alegría redoblada que mantendrá en ellos la frescura y la ilusión a pesar de las dificultades y el cansancio, apoyados siempre en el Señor, centro y corazón de sus vidas. Que María, la madre de Cristo sacerdote, madre por un título especial de los sacerdotes, les acompañe siempre, les confirme en la fidelidad, bendiga sus tareas pastorales y llene de fecundidad su ministerio para gloria de Dios, santificación propia y bien de la Iglesia.
Desde el 10 de mayo de 2017 hasta la misma fecha de 2018 han fallecido veintidós sacerdotes sevillanos. Es cierto que todos ellos estaban jubilados. Este año además hemos de jubilar a algunos venerables sacerdotes que han sobrepasado ampliamente la edad canónica de jubilación. Por ello, y aun contando con el número relativamente crecido de los alumnos de nuestros Seminarios, que nos permiten otear el futuro con esperanza, el número de nuestros sacerdotes sigue siendo corto para las necesidades de la Archidiócesis, que tiene algunos flancos deficientemente cubiertos. Por ello, me permitiréis que vuelva a insistir en la necesidad de que todos nos impliquemos con ilusión redoblada en la pastoral vocacional: los padres, los educadores, y muy especialmente los sacerdotes y los propios seminaristas.
Estoy convencido de que las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada son el mejor termómetro de la vitalidad espiritual de una parroquia, de la misma forma que es también verdad que allí donde hay un sacerdote santo, celoso, ejemplar y fiel, que cultiva esta pastoral específica, sigue habiendo vocaciones, pues Dios sigue llamando, aunque necesita de nuestra colaboración para promover la generosidad de los jóvenes.
Encomiendo una vez más la oración al Dueño de la mies a las contemplativas, a la Adoración Nocturna y a la Adoración Perpetua de San Onofre. Extiendo esta invitación a las parroquias y a todos los grupos, asociaciones y movimientos, sin olvidar a las Hermandades.
Con mi felicitación para los nuevos sacerdotes y sus familias, para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.

domingo, 17 de junio de 2018

Galería. Viaje de Hermandad al Convento Casa Madre de las Hermanas de la Cruz

En el día de hoy, la Hermandad ha realizado la visita anual a la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz, participando en la Santa Misa en la iglesia del convento. Aprovechando la ocasión, el Hermano Mayor de nuestra Hermandad ha hecho entrega a las hermanas de los donativos recaudados a lo largo del año con las capillas domiciliarias.




Tras la visita al convento, nos dirigimos hasta la Parroquia de San Juan de la Palma, sede canónica de la Hermandad de la Amargura, donde amablemente nos recibió su Hermano Mayor don José Luis del Pueyo Ortiz. Tras visitar el camarín de la Santísima Virgen, en un encuentro íntimo con la portentosa imagen de María Santísima de la Amargura, realizamos un recorrido por las dependencias de la Hermandad visitando el tesoro patrimonial de la cofradía del Domingo de Ramos, finalizando la visita con el canto de la salve a la Santísima Virgen. 







Ya en Arahal, tras realizar una oración ante Nuestros Sagrados Titulares, finalizaba el viaje con un almuerzo fraterno en la Sala Capitular de la Iglesia de San Roque. Durante el mismo, el Grupo Joven de la Hermandad ha llevado a cabo la rifa de un cuadro de Nuestra Sagrada Titular, siendo la persona afortunada NH Magdalena García Antequera.

Fotos: Andrés García

lunes, 11 de junio de 2018

Recuerdo agradecido de una visita inolvidable

Queridos hermanos y hermanas:
En el XXV aniversario de la visita de san Juan Pablo II a Sevilla para clausurar el XLV Congreso Eucarístico Internacional, dedico mi carta de esta semana a recordar aquel acontecimiento magnífico, que muchos todavía recuerdan y que fue una gracia extraordinaria para la ciudad y para la Archidiócesis. Se inició en la mañana del sábado 12 de junio de 1993 con la llegada del Santo Padre al aeropuerto de Sevilla, trasladándose enseguida a la plaza Virgen de los Reyes, para dirigir su primer mensaje a los fieles y rezar el Ángelus desde el balcón de la Giralda, convertida en púlpito excepcional. Instantes después entró en la Catedral, donde estaba expuesto el Santísimo, venerado por los sacerdotes, los consagrados de Sevilla y los participantes en el Congreso. Son impresionantes las fotografías del Santo Padre inclinado en actitud de profunda adoración durante un cuarto de hora largo ante el Señor Sacramentado.

A las cinco de la tarde tuvo lugar la ordenación de 37 nuevos sacerdotes, diez de ellos de Sevilla, en el polideportivo del Polígono de san Pablo. Cuentan quienes participaron que el calor era asfixiante, tan grande como la alegría y el fervor. Por la noche, se celebró el encuentro del Papa con los jóvenes en la plaza de la Virgen de los Reyes, preludio inmediato de la Statio Orbis, clausura del Congreso Eucarístico, que tuvo lugar al día siguiente, domingo 13, en el Campo de la Feria con la asistencia de cerca de un millón de personas. Las crónicas de aquel día inolvidable destacan la hermosa homilía del Papa y su gesto entrañable al llegar al altar postrándose ante la imagen bendita de la Pura y Limpia del Postigo del Aceite, que tanto agradecieron los sevillanos.
En esa tarde el Santo Padre acudió a despedirse de los Delegados Nacionales en el Patio de los Naranjos de la Catedral. Se acercó después a Dos Hermanas para visitar y bendecir la Residencia de Ancianos San Rafael y las obras sociales ligadas al Congreso.
En la preparación del Congreso y de la visita del Papa, como es natural, tuvo un papel destacadísimo el señor Arzobispo fray Carlos Amigo, y un sinnúmero de colaboradores, entre los que cabe destacar a Mons. Miguel Oliver, Secretario general de este magno acontecimiento.  Pero el protagonismo principal de aquellas jornadas gozosas corresponde al Papa, que quiso visitarnos, y al pueblo cristiano de Sevilla y Andalucía que respondió magníficamente a la invitación de sus pastores. La muchedumbre de fieles, cercana al millón, que participó en la Eucaristía del Campo de la Feria, superó las expectativas más optimistas.
Las claves de este resultado, para muchos sorprendente, fueron varias. La primera, la extraordinaria personalidad del Papa, su fuerza interior, su fe profunda, su amor al Señor, la entrega agónica de su vida al servicio del Evangelio y la autenticidad en el testimonio que sólo los santos saben transmitir. La segunda, la extraordinaria calidad cristiana del pueblo sevillano y su amor al Papa.
A juicio de las autoridades vaticanas y de los obispos españoles, el Congreso fue un gran éxito de organización y de participación. Su lema fue Christus lumen gentium, y los temas de estudio fundamentales fueron la Eucaristía, la evangelización y las exigencias sociales de la participación en el sacramento eucarístico. Todas estas facetas las recogió magistralmente el Santo Padre en su homilía en la Statio Orbis con estas palabras: Del altar eucarístico, corazón palpitante de la Iglesia, nace constantemente el flujo evangelizador de la palabra y de la caridad. Por ello, el contacto con la Eucaristía ha de llevar a un mayor compromiso por hacer presente la obra redentora de Cristo en todas las realidades humanas. El amor a la Eucaristía ha de impulsar a poner en práctica las exigencias de justicia, de fraternidad, de servicio, de igualdad entre los hombres.  
Las actitudes del Papa en estos días nos señalaron un verdadero programa de vida cristiana, que veinticinco años después no ha perdido actualidad: en primer lugar su amor a la Eucaristía. Un testigo presencial me comentó hace tiempo su recogimiento rezando de rodillas en la capilla habilitada bajo el podio del altar antes de comenzar la santa Misa, y la acción de gracias prolongada al concluir la celebración. En segundo lugar, su cercanía a los pobres, a los enfermos y a los que sufren en su visita a Dos Hermanas. En tercer lugar su pasión por anunciar a Cristo, por compartirlo con sus hermanos y entregarlo a todos, puesta de relieve en sus discursos y homilías. En cuarto lugar, su piedad filial y amor a la Santísima Virgen, puesto de manifiesto en la oración de rodillas y la incensación de la imagen preciosa de la Pura y Limpia.
Este es el legado de aquel acontecimiento extraordinario que nos dejó este Papa santo, que tanto amó a Sevilla. Dios quiera que los sevillanos de hoy no lo olvidemos.
Para todos, mi saludo fraterno y mi bendición.
+ Juan José Asenjo Pelegrina. Arzobispo de Sevilla

lunes, 4 de junio de 2018

Visita al Convento Casa Madre de las Hermanas de la Cruz

Un año más, la Hermandad organiza la visita anual al Convento Casa Madre de las Hermanas de la Cruz de Sevilla, con el objetivo de estrechar lazos -a través de este fraternal encuentro- con la Congregación fundada por Nuestra Sagrada Titular Santa Ángela de la Cruz. Asimismo, aprovechando la visita, la Hermandad hará entrega de las limosnas recaudadas en las capillas domiciliarias de la Santa desde la visita del pasado año.



La visita parte desde la Iglesia de San Roque el próximo domingo 17 de junio a las 8:30 horas de la mañana, para participar en la Eucaristía dominical que se celebra en la Iglesia del Convento sevillano. A la vuelta del viaje, y tras la oración común ante Nuestros Sagrados Titulares en la Iglesia de San Roque, celebraremos un fraternal almuerzo en la Sala Capitular de nuestro templo.

domingo, 3 de junio de 2018

Galería. Altar de Corpus de la Hermandad