miércoles, 2 de septiembre de 2015

El 1 de septiembre comienza a aplicarse el Directorio Diocesano de la Iniciación Cristiana

El 1 de septiembre era la fecha prevista para el comienzo de la aplicación del Directorio Diocesano de la Iniciación Cristiana, una de las tres prioridades pastorales que el Arzobispo de Sevilla ha marcado en su carta programática para el curso pastoral que hoy comienza.
Fuente: www.archisevilla.org
Según se destacaba en el decreto que mons. Asenjo Pelegrina firmaba el ocho de septiembre de dos mil catorce, el Directorio tendría “valor de ley” durante el curso pastoral 2015-2016. Una vez que ha pasado el plazo de doce meses para que los agentes de pastoral hayan podido estudiar el Directorio, gran parte de la normativa será ya aplicable desde el 1 de septiembre. Concretamente, y según reza el citado decreto, “el itinerario típico de los niños” que se corresponde con los alumnos de segundo, tercero y quinto de primaria, así como “el itinerario típico de adultos y el de aquellos adultos que deben completar su iniciación cristiana”, y las catequesis prebautismales de padres y padrinos. Se aplaza para dentro de un año el resto de Directorio.
“Resulta imprescindible que la Iglesia se sitúe con realismo en la sociedad actual”
Como destacaba el Obispo auxiliar en la presentación del Directorio el 20 de septiembre del pasado año, “resulta imprescindible que la Iglesia se sitúe con realismo en la sociedad actual, revise consecuentemente sus estilos pastorales y trate de responder a las nuevas necesidades religiosas de nuestros conciudadanos con nuevas formas de acción pastoral decididamente más misioneras”. El Arzobispo ha hecho hincapié en esta circunstancia en su primera carta pastoral de este curso, en la que ha afirmado la urgencia de responder a los nuevos desafíos con “formas de acción pastoral de una tonalidad más misionera. Sólo así –añadió- saldremos al paso de la dificultad que todos sentimos para transmitir la fe a las nuevas generaciones”. “Si no respondemos con prontitud y celo apostólico muchos niños no llegarán nunca a conocer ni a vivir las exigencias de su bautismo”. En esta línea ha advertido que “la reacción no puede ser la queja, el lamento o el reproche de unos a otros”. Por el contrario, “el camino que la Iglesia nos señala es otro: tenemos que aprender a vivir todos como miembros de una Iglesia verdaderamente evangelizadora y misionera”.
La iniciación cristiana se realiza mediante tres sacramentos: Bautismo, Confirmación y Eucaristía, y se contempla en el Directorio Diocesano como un “noviciado de toda la vida cristiana”. En la Archidiócesis de Sevilla se establecen dos formas de iniciación cristiana, la de niños y la de iniciación de adultos.
La figura del padrino en el Bautismo y la Confirmación
El Directorio también aborda la figura del padrino en el Bautismo y la Confirmación, se aconseja que sea la misma persona en ambos sacramentos y se justifica porque “así se manifiesta más claramente la unión entre el Bautismo y la Confirmación, y se hace más eficaz el ministerio y la misión del padrino”. Son varias las referencias en el Directorio a la función eclesial del padrino “de ayudar al desarrollo de la gracia bautismal junto con los padres”. Una importancia “aún más decisiva cuando los padres difícilmente pueden garantizar la educación de la fe del niño”, debido a la situación de la familia en nuestros días. Por ello, en el Directorio se recomienda que la elección de la figura de los padrinos de Bautismo no se deba a razones “de compromisom social” sino que con esa elección -“que primariamente corresponde a los padres”- se garantice la “perseverancia en la fe y en la vida cristiana de sus ahijados”.
Entre los criterios eclesiales para la elección de los padrinos desataca que sean mayores de dieciséis años, estén bautizados, confirmados y hayan recibido la Eucaristía, lleve al mismo tiempo “una vida congruente con la fe y la misión que va a asumir”, y no esté afectado por una pena canónica. Además, no debe ser el padre o la madre de quien se ha de bautizar o confirmar.
En el Directorio se subraya la gran importancia de la formación de los padres y padrinos, algo que “no debe reducirse a una simple preparación ceremonial de la celebración del Bautismo de los niños”. Por ello se proponen algunas indicaciones para esta formación y se establecen respuestas ante situaciones concretas que pueden darse en la aplicación del Directorio.
Fases de la iniciación cristiana de adultos
El itinerario de adultos tiene como destinatarios a los mayores de 18 años que piden la iniciación cristiana y los que habiendo recibido el Bautismo de párvulos o niños, no la han completado por no haber recibido la catequesis o no haber recibido los sacramentos de la Confirmación y/o Eucaristía.
Esta iniciación cristiana tiene varias etapas: el precatecumenado -denominado “anuncio misionero”-, la entrada en el catecumenado, el tiempo de catecumenado, el rito de la elección, el tiempo de la purificación e iluminación -“como disposición inmediata a la celebración de los sacramentos”-, la celebración de los sacramentos y el denominado “tiempo de la mistagogía” o, como se explica en el Directorio, “el tiempo de la profundización en los misterios recibidos”.
Al final del Directorio se vuelve a insistir en la importancia de la cooperación de padres y padrinos en la educación cristiana de sus hijos: “en la catequesis y todo el proceso de iniciación en la fe es esencial la cooperación de los padres para que exista una verdadera transmisión de la fe”. En este punto, la familia se ve como “el lugar privilegiado para esta transmisión de la fe”.
Toda la documentación sobre el Directorio en este enlace.
Fuente: www.archisevilla.org

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