martes, 15 de octubre de 2013

La Iglesia celebra en Tarragona la beatificación de 522 mártires de la Guerra Civil

El mensaje de los mártires: perdón y conversión
«Perdón y conversión son los dones que los mártires nos hacen a todos. El perdón lleva la paz a los corazones, la conversión crea fraternidad con los demás». Es la conclusión de la beatificación, celebrada este domingo en Tarragona, de 522 mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España. Presidió la celebración el cardenal Angelo Amato, enviado del Santo Padre; pero el Papa Francisco también quiso hacerse directamente presente a través de un videomensaje, en el que puso a los mártires como ejemplo de que «no existe el amor en porciones. Cuando se ama de verdad se ama hasta el extremos»


La solemne celebración de la Beatificación de los mártires de la persecución religiosa del siglo XX en España comenzó a mediodía del domingo, con la presencia de decenas de miles de personas en el complejo educativa de Tarragona.

El Mensaje del Papa Francisco marcó el inicio de  la celebración. Un mensaje en el que el Santo Padre señaló que «los mártires han aprendido bien el sentido de aquel amar hasta el extremo. No existe el amor en porciones. Cuando se ama de verdad se ama hasta el extremos». El Papa pidió además que «imploremos la intercesión de los mártires para ser cristianos concretos y no de palabras».

Al inicio de la celebración, monseñor Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, realizó la súplica y la bienvenida al representante del Papa, el cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos. Posteriormente se dio lectura a la carta apostólica en la que el Santo Padre inscribe en el catálogo de los Beatos a estos 522 mártires. Tras la lectura, la urna que contiene las sus reliquias fue llevada en procesión hasta los pies del altar, y los obispos y postuladores de las causas recogieron una copia de la carta apostólica.

Evento de gracia que llena de alegría a la Iglesia
En su homilía, el cardenal Amato señaló que la jornada de beatificación constituye «un extraordinario evento de gracia que llena de júbilo a la comunidad cristiana». Recordó que «los mártires no se avergonzaron del Evangelio, han permanecido fieles a Cristo». Recordó las varias beatificaciones de los mártires de la Persecución religiosa en España en el siglo XX: 1987, 2001, 2007... y destacó que esta era la ceremonia de beatificación más grande que ha habido en tierra española.

Subrayó que «estos hermanos no eran combatientes, no apoyaban a ningún partido, eran hombres y mujeres pacíficos, asesinados por odio a la fe, sólo porque eran católicos». El cardenal destacó también que, en los años de esta persecución, seminarios y órdenes religiosas no escondían a los aspirantes el peligro que conllevaba la entrega a Dios, ejerciendo una verdadera pedagogía martirial que también les ayudó a afrontar el martirio.


La Iglesia no olvida a sus hijos
¿Por qué la Iglesia beatifica a estos mártires? La respuesta es sencilla: la Iglesia no quiere olvidar a sus hijos valientes, merecen admiración y alabanza. La celebración de hoy quiere gritar que la humanidad necesita paz, fraternidad, concordia; nada puede justificar la guerra.

«Los mártires -continuó- nos dejan un doble mensaje; ante todo nos invitan a perdonar; tenemos que hacer memoria de nuestra capacidad de perdón. El segundo mensaje es la conversión del corazón a la bondad y a la misericordia; estamos invitados a convertirnos a diario, no sólo los que se llaman cristianos sino también a los que no lo son. Todos estamos llamados a convertirnos a la paz, la fraternidad, al respeto de la vida del hombre. Así han obrado los mártires, así han obrado los santos. Es un mensaje que concierne a los jóvenes llamados a vivir con fidelidad y gozo la vida cristiana. Pero hay que ir a contracorriente. No hay miedos si permanecemos unidos a Dios».

«Perdón y conversión -continuó- son los dones que los mártires nos hacen a todo; el perdón lleva la paz a los corazones, la conversión lleva la fraternidad a los demás». Tras la homilía, la celebración eucarística continuó su desarrollo. En la oración universal, se imploró por primera vez la intercesión de los nuevos Beatos.

Finalizada la Santa Misa, el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, dirigió unas palabras de agradecimiento al cardenal Amato por su presencia en la celebración. El 6 de noviembre es la fecha de celebración de la Fiesta de los Mártires de la Persecución Religiosa del s. XX en España. Ofrecemos a continuación el videomensaje enviado por el Papa Francisco y el texto íntegro de la homilía del cardenal Amato.

Agencia Sic

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